La Operación Feriante 2019 echa el cierre con 85 inmigrantes interceptados, de los que casi el 50% es de origen argelino. Buscaban escapar de Ceuta dentro de las atracciones, una de las pocas vías que les queda para dejar el CETI toda vez que las salidas semanales siguen vetadas para este colectivo. No pueden transitar por territorio nacional a pesar de que hay sentencias favorables, quedan atrapados en una problemática en la que sus derechos topan con las decisiones policiales que aluden al efecto llamada.
Por eso la Operación Feriante se convertía en estos tres días en la posibilidad de cruzar el Estrecho dentro de los aparatos que sirvieron para dar diversión a los ceutíes. Hasta 39 fueron localizados, de entre los 85 que finalmente aparecieron en alguno de los 380 vehículos reconocidos.
En sus casos quedan en libertada nada más ser detenidos, ya que no se les puede expulsar al tener tramitadas las solicitudes de asilo que tardan meses y meses en ser resueltas. El resto, los adultos marroquíes (en total 27) son entregados a Marruecos a través de la frontera del Tarajal mientras que los menores, 19, regresan al centro de La Esperanza en donde solo algunos han llegado a estar registrados. Otros son niños del puerto que invierten su vida en merodear en torno a los camiones que embarcan con destino a Algeciras. En este caso cargados de atracciones.
La Delegación del Gobierno ha comunicado de manera oficial que la ‘Feriante’ echa su cierre al haber abandonado todos los empresarios la ciudad, dispuestos a llevar la ilusión por otras ferias del país. Desde el día 6 hasta el 8 han embarcado 114 camiones, 154 remolques, 39 caravanas, 32 furgonetas y 41 turismos.
No solo la vigilancia ejercida por los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil ha sido clave sino, también, el apoyo del detector de latidos que ha garantizado el hallazgo de personas que incluso habían conseguido pasar los primeros filtros.
Los camiones que cargaban cuantiosos aparatos de Feria han sido los más elegidos por los inmigrantes al haber mayor cantidad de recovecos para poder ocultarse e intentar, así, burlar un control que, a modo de blindaje, ha querido transformar la Frontera Sur de Europa en una fortaleza imposible.