El Centro Zoosanitario de la Ciudad, dependiente de la Consejería de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, se encuentra desbordado tras el brote de rabia decretado en la ciudad. El hecho de que la Protectora de Animales de Ceuta esté en cuarentena tras el paso del animal infectado por sus instalaciones, ha provocado que todas las recogidas por abandono o nuevos nacimientos en animales en situación de calle sólo puedan ser gestionadas por esta entidad.
Tras casi un mes en esta situación, las instalaciones se encuentran al límite de su capacidad, teniendo en cuenta la cantidad de animales que llegan a la perrera municipal. Según ha podido saber El Faro, algunos animales están siendo acogidos por algunas asociaciones, mientras que otros aguardan en estas instalaciones a que se logren acuerdos con otras perreras de la Península para poder darle salida poco a poco.
Sin embargo, se trata de todo un proceso, ya que para poder ser recogidos en otros establecimientos similares, ya deben salir vacunados y castrados, pues son los requisitos mínimos que establecen estos centros en la Península.
Por ahora, tal y como informó el consejero del área, Javier Guerrero, se mantienen conversaciones que varias perreras para poder concluir, lo antes posible, traslados que desahoguen la situación que vive en estos momentos el centro. Asimismo, aclaró los rumores que se habían extendido por las redes sociales que hablaban de sacrificios por falta de espacio, algo que Guerrero negó con rotundidad.
No obstante, desde esta Consejería se recuerda que el proceso en la perrera es similar que en la Protectora de Animales, es decir, que si alguien está interesado en adoptar a uno de los animales o llevárselos a casa en régimen de acogida puede hacerlo y colaborar así con todos estos animales abandonados.
Otro colectivo perjudicado por la clausura temporal de la Protectora ha sido todas las personas que tenían animales en acogida de manera temporal y que ahora, tras decretarse el estado de cuarentena, no pueden regresar a estas instalaciones. Algunas familias no tienen problemas para poder mantenerlos en casa, pero otros ya buscan un hogar que pueda seguir dando cobijo a estos animales. Son los daños colaterales de este brote suscitado en nuestra ciudad.
En esa foto se budy que está adoptado en Francia de hace más de un año y la pitbull es bianka que no se ahora mismo si situación, los animales d ela perrera están en peor condiciónes y no se atreven de publicar una foto real entonces cojen una foto de la protectora de hace años, el señor guerrero didicate a ser médico digestivo porque lo estás haciendo de pena y es de vergüenza que tengas esas vidas de esa manera esque siempre lo diré la cúpula del pp de esta ciudad se debe de diluir porque solo hay ratas campestres por dinero y por comer del pueblo y por tener vitalicias pisan a cualquiera imaginence un animal es lo que menos Le preocupa y por estos detalles serias la última persona en la rama digestiva que iría porque mal profesional y por enchufado sin lugar a duda y que por supuesto Le queda muy de lejos lo que es ser humilde, si el ejemplo lo tenemos de alcalde que nos vamos a esperar de ti, 2 Meses en el cargo suficiente para dar la nota.
Me parece una vergüenza lo q esta sucediendo en Ceuta con estos animales q son tratados como objetos y no como seres vivos q sienten y padecen
Si se ha profucido este brote de rabia ha sido x negligencia de la perrera municipal de la ciudad ya q estan obliigados a hacer una analitica a cada perro q recogen para descartar que no tengan la rabia , filaria u giardias . Es una vergüenza absoluta y este señor Guerrero deberia dimitir de su cargo x incompetente. Además deberian pedir ayuda a mas protectoras para ver como recolocar a todos esos pobres animales q estan ahi acinados. Además en la foto en la parte izda, aparece un bullterrier americano blanco con una herida abierta en la cabeza, me pregunto xq no se la han curado, eso dice todo de este señor Guerrero y como funciona esta perrera y en q condiciones estan estos pobres animales. Q pena más grande.
Llevas toda la razon, que pena