La situación ocasionada el pasado lunes en el puerto debía haber generado una reacción inmediata por parte de las autoridades implicadas. No lo ha hecho. Delegación del Gobierno tuvo el despropósito de enviar una foto de archivo (no era ni del día) de una reunión entre la delegada y el presidente del Puerto, después de la cual Mateos no compareció. Nos enviaron una nota de prensa con dos párrafos que bien podrían haber estado escritos con anterioridad a esa tangana. La implicación adoptada ante la gravedad de lo sucedido fue nula. De hecho no se ha dado ni una orden para reforzar la seguridad, dejando desamparados al Puerto y a todas las entidades que de él dependen. Eso sí, se apresuraron a enviar un mensaje telefónico informando sobre la expulsión de los interceptados. Deberían explicar mejor qué trámites se siguieron y cuál fue el número de personas entregado a Marruecos. Igual tenemos sorpresa.
Esa callada se extendió a las demás formaciones políticas que han usado el tema del puerto como objeto de propaganda electoral. El PP calla, pero también lo hace el PSOE: los dos grandes bloques políticos miran a otro lado sin tan siquiera entrevistarse con los afectados y comparecer públicamente. Es demasiado rostro ante los ciudadanos, otras veces disimulan con mayor arte ese pasotismo que da entender que el grado de importancia dado es directamente proporcional a la solución que se le va a dar: ninguna. Tensar demasiado la cuerda suele ser malo, pero parece que los divos de Ceuta no se enteran.