El pádel como deporte integrador. El pádel como vehículo de convivencia. El pádel, en definitiva, como una manera de normalizar las relaciones en un momento en el que solo nacen trabas por el camino. Este lunes ha comenzado una actividad deportiva en las pistas de La Marina, que ha sido organizada entre la Federación de Pádel y el centro de La Esperanza.
Quince menores marroquíes acogidos en las instalaciones que gestiona la Ciudad Autónoma de Ceuta han podido practicar este deporte. El martes lo harán otros quince como premio a su buen trabajo desempeñado en el centro.
La Federación ha puesto de su mano los monitores, implicados en que los MENA pudieran conocer un deporte con el que no estaban familiarizados, aprendiendo algo más pero, sobre todo, conviviendo durante varias horas. A algunos, eso sí, se les daba mejor que a otros.
Es importante la colaboración que distintas modalidades deportivas tienen con el centro de Hadú, lo que permite que los allí acogidos puedan conocer todo tipo de prácticas y puedan pasar una jornada diferente fuera del centro. Son chicos con ganas de aprender, son como ‘esponjas’ que asimilan todas las enseñanzas.
Por su parte el Área de Menores agradece este tipo de colaboraciones porque permite que estos chicos se integren cada vez más y avancen en un mayor conocimiento de todo.
Atletismo, fútbol, baloncesto... incluso kayak. Nada se les escapa a quienes llegan a Ceuta cruzando una frontera y permanecen en el centro aceptando las directrices que allí se les imparten. Ellos son protagonistas de un día a día que no sale tantas veces como debiera en los medios de comunicación. Pero ellos también tienen rostro, voz y gente que les apoya.