Aunque algunos amigos me comentan que es más accesible el término “solidaria”, lo cierto es que acudimos a nuestra V Gala Benéfica con el alma desnuda. Queremos trasladar a la sociedad ceutí que hay un referente para la salud mental en esta ciudad; queremos poner en valor lo que hacemos, y que los 50 euros del menú son en verdad una cifra simbólica, a caballo entre la heroicidad del tipo medio y el gesto humilde del más hacendado. Es así, hay gente que necesitamos ayuda, que necesitamos una acogida solidaria (ahora sí).
Como todos los organismos que viven en la persecución de una idea, nuestra vocación es la de permanecer. Tenéis que saber aquí que el mundo de las causas sociales no es ajeno a la exigencia que se vive en otras esferas de la colectividad. Siendo esto cierto, nos desafiamos cada día para funcionar con los máximos estándares de calidad e imaginación; y ya se sabe que cuando una cosa no te llega hay que imaginársela.
De esta imagen nació nuestra cita bianual de la Gala Benéfica.
Toda vez es una realidad hay que hacerlo lo mejor posible, y cautivar al público con la idea veraz de que la salud mental es un tema que nos afecta a todos en su conjunto y por igual. No será esta la segunda ni la tercera vez que lo digo.
Además, traigo otra idea. Por razones de cercanía, Ceuta puede convertirse en la primera ciudad habida y sin estigma. Para ello, solo es necesario conciliar esta aseveración: “La diversidad en la función mental es signo de riqueza”.
Cada uno funcionamos de una manera distinta, más allá de si tenemos un diagnóstico o no; y el hecho de precisar ayuda no es motivo de indignidad. Tal así como el padre que ayuda a su hijo a preparar el examen de matemáticas, o mejor, como el compañero de clase que ayuda al más desamparado.
Espero no aburrir insistiendo en que la celebración de esta fiesta por la salud mental está avalada por la garantía de 25 años de acción. Estamos en disposición de orientar y encaminar a cualquier persona de esta ciudad que siente que algo no va bien por sus adentros, que necesita un hilo de comunicación, y que en su caso, quiere que complementemos la terapia de los medicamentos: esta es nuestra vocación.
A partir de aquí, lo que queremos es que la Gala Benéfica sea la fiesta de la salud mental en positivo, y encontrarle un lado lúdico, con el bullicio de las mesas, la danza, la música, el bailoteo, y como no, nuestra rifa imperecedera.
Gracias a todos por adelantado, a los patrocinadores, y por dejarme hablar de los dineros, pero es que la salud mental es una idea, las ideas dan lugar a los proyectos; los proyectos son personas, y todos somos depositarios de una circunstancia vital.