Ceuta y Andalucía anuncian una especie de idilio de amor. La colaboración estrecha se ha puesto de manifiesto, se ha anunciado y se ha puesto negro sobre blanco. El futuro inmediato ‘lo pintan’ bonito. Aventuran más llegadas de turistas, intercambios empresariales, conocimientos mutuos... relaciones de las que Ceuta pueda sacar un beneficio. Todo esto es lo que nos cuentan. No tenemos por qué dudarlo, salvo que mirando hacia atrás son ya varias las experiencias y anuncios de máxima colaboración con Andalucía que nunca se cumplieron.
Dice Vivas que ahora el momento es el propicio, que la otra parte (o sea, Andalucía) le va a poner más mimo para que todo salga como se espera. Los resultados de ese protocolo, si termina como empieza, serán positivos en muchos ámbitos en los que Ceuta se ve harto necesitada de un impulso externo y qué mejor que encontrarlo más allá de la frontera del Tarajal, a ese otro lado del Estrecho en donde se encuentra un mercado nunca explotado como se debería.
Desde hace tiempo nos han hablado de las mejoras y de los buenos resultados que hasta los creímos
Nos cuentan que en las próximas semanas habrá visitas, habrá avances en lo ahora anunciado. Insisto, me quedo con el después porque ya hemos asistido a encuentros empresariales, tanto en Ceuta como en Melilla, con representantes de Andalucía que ya se deben conocer al dedillo todas nuestras ventajas fiscales y todos los recursos de los que disponemos. Ahora se les volverá a explicar lo mismo (¡) como se les volverá a difundir a los representantes de distintos ámbitos nuestras excelencias turísticas, nuestras ventajas, nuestras tal y tal... como si no las supieran.
Bueno, no es menester de la que escribe abortar el incipiente embarazo antes de tiempo. Comenzamos un matrimonio del que veremos si sale el provecho esperado porque desgraciadamente ya no soportaríamos otra venta en bloque de buenos augurios de los que nada, después, sabemos.