El desgobierno representado por Pedro Sánchez está dispuesto a dinamitar la reforma laboral de los 3 millones de empleos, del crecimiento económico y de la bajada del paro a la mitad (del 27% al 14%). Si se confirma, Sánchez tumbará la reforma laboral que el PP consensuó con todos los agentes sociales. Y pretende hacerlo con un nuevo decretazo impuesto en el último minuto y por la puerta de atrás. Algo muy propio de este Gobierno que desde el primer minuto ha dado muestras de su ineficacia para gobernar este país.
Su contrarreforma laboral castigará con menos flexibilidad a las empresas, menos oportunidades para los trabajadores y menos libertad para todos.
En el ámbito educativo, la reforma educativa del PP ha reducido la tasa de abandono escolar temprano del 26% a menos del 20%, ha impulsado la FP DUAL (200.000 alumnos) y la excelencia.
Sin embargo, el desgobierno de Pedro Sánchez ataca la libertad educativa. Limita la capacidad de los padres para elegir y discrimina la concertada. Margina el castellano con el aplauso secesionista.
Penaliza la cultura del esfuerzo y menosprecia los contenidos, al permitir la obtención del Bachillerato con suspensos.
Sánchez perpetra la segunda parte del experimento de Zapatero con las renovables, que encareció la energía en un 60% y propició la quiebra del sistema eléctrico.
Esta contrarreforma energética esconde un nuevo impuestazo que pagaremos todos los españoles en la factura de la luz, encarecerá los costes para industria (que emplea a más de 2,5 millones de personas) y reducirá su competitividad.
La promesa de Sánchez de crear 300.000 nuevos empleos tiene la misma credibilidad que la promesa de Zapatero de llevar a España al pleno empleo.
Como bien dice nuestro presidente, Pablo Casado: “Estas contrarreformas son tremendamente irresponsables y perjudiciales. Sánchez hipoteca con ellas el futuro de los españoles”.