Los hermanos Araoui se prepararon de madrugada. Hartos de esperar a una salida regular que no terminaba de llegar decidieron coger unos kayaks y marcharse a la península. Una temeridad a la que se sumaron otros dos compatriotas argelinos acogidos en el CETI.
Juntos, los cuatro, se fugaron de Ceuta. Horas después varias llamadas a los teléfonos móviles de sus compañeros alertaban de la situación de peligro en la que se encontraban, perdidos en el Estrecho. La Salvamar Atria consiguió localizar en la tarde de ayer a dos de ellos. Mojtar, uno de los hermanos, y Mohamed. Nada se sabe de los otros dos. No hay rastro de sus kayaks ni los rescatados conocen su paradero.
“Esperamos que aparezcan vivos”, confían esperanzados en el CETI. Los argelinos culpan de esta situación al bloqueo que están sufriendo. Para ellos las salidas a la península no llegan y, de producirse, son en escaso número.
Esto lleva a intentar fugas constantes: en embarcaciones, en kayaks, en pateras, en camiones... es la única manera de salir. Y cada vez son más. Llegan hasta familias enteras. Hay una entrada constante de ciudadanos argelinos que cruzan Tarajal con pasaportes falsos para escapar de sus países.
Esta situación genera un problema de colapso porque las salidas a la península son mucho más lentas. Los argelinos han perdido ya a muchos de sus amigos en el mar. Otros han desaparecido. Eso es lo más duro: no saber el destino final. Ahora confían en que los dos jóvenes que partieron en kayak aparezcan, sean encontrados con vida.
10 argelinos llegan a la península en una embarcación
La pasada madrugada fue la de las fugas. Diez argelinos residentes en el CETI, entre ellos una mujer, marcharon del centro en una embarcación de fibra. Quedaron a la deriva, pero pudieron pedir ayuda a través de sus teléfonos móviles.
Así avisaron a sus compañeros de Ceuta de que estaban cerca de Gibraltar. Se giró aviso al 112 y se activó a la Guardia Civil y Salvamento. Un mercante los vio. Finalmente llegaron por sus propios medios a la península y desde allí confirmaron que estaban bien, que habían salvado milagrosamente sus vidas.