Ciudad y Estado han concluido en el consenso existente en la lucha contra de la violencia de género. Así al menos se hacía constar en la IV Conferencia Sectorial de Igualdad a la que asistía la consejera de Educación, Cultura y Mujer, y en la que la representante ceutí dejaba constancia de algo para lo que no se ha producido el tan ansiado consenso: y este no es otro que el hecho de que la ciudad está en desventaja respecto al resto de provincias en la distribución de los fondos encaminados a erradicar esta lacra. Deu lo ha dicho bien claro: es "injusto" este reparto, y precisamente ahora después de hacerse público un estudio en el que Ceuta se sitúa a la cabeza en la prevalencia del maltrato de género. El objetivo de las dos administraciones es evidente, ambas persiguen eliminar este mal endémico demasiado extendido por todo el país. Pero este consenso debe traducirse en más fondos para la ciudad, porque en cuestiones como éstas la dependencia económica del Gobierno autónomo es un hándicap en el objetivo de evitar que las víctimas de la violencia de género se conviertan en un dato en la memoria.