Rigor, minuciosidad, disciplina y mucho espectáculo. Es la carta de presentación del Ballet de Moscú que ha vuelto a agotar todas las localidades en el Revellín. Un año más tarde la famosa compañía ha vuelto a levantar la expectación entre el público ceutí con una de las obras clásicas más navideñas, El Cascanueces.
La compañía que Timur Fayziev dirige desde 1989 ha vuelto atraer una luz y magnetismo especial que se ha traducido en virtuosos giros, un colorido vestuario y sobre todo, el alma de y corazón de su compañía, el carácter interpretativo.