Aveces las redes sociales dan información de utilidad, pese a que es mucha la “basura” que circula a diario. Así ha ocurrido con el twits reenviado por un colega, a propósito del día de la Hispanidad, en el que dan acceso a una información del HuffPost titulada “10 datos que avergüenzan a España”, que es un resumen del informe “Premiar el trabajo, no la riqueza”, del Oxfam International. Me ha sorprendido la crudeza de los datos y las comparaciones que se hacen para poder ser entendidos de mejor forma.
El subtítulo de portada resume todo lo demás: La recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los ricos que a los pobres en España, pues el 82% de la riqueza que se generó durante el último año fue a parar a manos del 1% más rico, mientras que la riqueza del 50% más pobre no aumentó lo más mínimo. Esto significa, según Oxfam, que la riqueza extrema de unos pocos se erige sobre el trabajo peligroso y mal remunerado de una mayoría.
La consecuencia más llamativa es que la renta nacional de los más desfavorecidos disminuye un 17% frente al 5% que consiguen incrementar los que más tienen. Los diez datos que trazan el retrato de la situación laboral de la España actual son los siguientes:
1. España cuenta con una tasa de pobreza del 22,3%, lo que supone que es el tercer país europeo en desigualdad, por detrás de Rumanía y Bulgaria y empatado con Lituania. 2. Pese a la mejora de la economía, la remuneración de los trabajadores está lejos de los niveles de 2009. 3. Los beneficios empresariales se dispararon un 200,7%, manteniendo así la tendencia alcista que iniciaron en 2013. El coste laboral por trabajador apenas varió un 0,1%.
4. Un empleado medio en España debería trabajar más de 29 años para lograr el mismo salario que obtienen en un año quienes se sitúan en el tramo más alto, y si se trata de alguien que percibe el mínimo interprofesional, debería hacerlo durante 71 años.
5. Los jóvenes que acceden al mercado laboral tienen un sueldo anual un 33% inferior respecto al de 2008.
6. Las mujeres, como siempre, son las que se encuentran en mayor proporción en vulnerabilidad laboral, ya que suponen el 58% de las personas que están en esta situación.
7. Siete de cada diez personas que reciben los salarios más bajos son mujeres.
8. Están apareciendo "nuevas fórmulas de desigualdad salarial", como las empresas multiservicio, que emplean a más de 60.000 personas que cobran entre 5.800 y 8.400 euros anuales menos que las acogidas al convenio colectivo sectorial.
9. El sistema fiscal también contribuye a generar desigualdad, entre otras razones porque son los asalariados los que soportan el sistema: mientras que el 83% de la recaudación fiscal en 2016 provino del IVA, el IRPF y "otros impuestos pagados por familias", el de sociedades "aportó el 12% de la recaudación".
10. Tampoco es equitativo, añade Intermón, cómo se gasta el dinero recaudado: dos de cada 10 euros de transferencias públicas se dirigieron al 10% más rico de la población. En un trabajo que hicimos desde la Universidad de Granada, que se publicará próximamente, entre otras cuestiones, calculábamos los índices de desigualdad de Gini en nuestro país, concluyendo que la desigualdad en España disminuye hasta 2003. A partir de ahí se incrementa de forma muy acelerada, comenzando de nuevo a disminuir a partir de 2007.
En 2012, se produce de nuevo un incremento de esta desigualdad. Cuando el análisis lo hacíamos por Comunidades, resultaba que Las Comunidades que claramente superan la media de desigualdad nacional en casi toda la senda temporal eran Madrid, Cataluña, Valencia y Baleares, estando por debajo de esta media nacional el resto de Comunidades y Ciudades Autónomas.
La evolución a lo largo de los años se mantienía muy igualada en la mayoría de Comunidades, si bien eran destacables los picos de subida de la desigualdad que se producían en Cataluña, La Rioja y Valencia a partir de 2005. Hasta aquí, los fríos datos de los análisis económicos, tanto del informe de Oxfam, como del nuestro.
El por qué de esta triste situación deberían responderlo , entre otros, los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno en esos años. Y si el análisis es sincero, quizás deberían cambiar muchos de los programas electorales que preparan para las próximas elecciones.