Comprometerse a que el comercio transfronterizo funcione adecuadamente es un imposible cuando tienen que ponerse de acuerdo las dos partes. Ayer fue un claro ejemplo. Tras semanas de operatividad sin problemas, Marruecos decidió proceder a la intervención de bultos a quienes llegaban de ‘Tarajal II’. El efecto fue inmediato. Los porteadores evitaron sacar su mercancía por el único paso habilitado para ello ante el temor a perderlo todo. España tuvo que cerrar porque la realidad mandaba y esta escupía una imagen inesperada.
El sistema ideado para que funcionara de forma adecuada quebró por una decisión que nada tiene que ver con las administraciones ceutíes pero que se produjo. Marruecos manda directamente en la forma de regular un flujo y sobre esta premisa debe dibujarse una manera de saber reaccionar ante algo que, en momentos concretos, puede superarnos.
Si la idea de la Delegación del Gobierno es evitar las avalanchas, esto no puede llevarse a cabo si se producen situaciones como estas. Ayer mismo hubo un conato de avalancha por la tarde, protagonizado por unas doscientas personas que no llegó a materializarse en algo concreto debido a la intervención de las fuerzas de seguridad.
Además los coches quedaron atascados en la carretera nacional debido a que Marruecos cortó la entrada de los que ya habían recibido el ticket de la explanada, quedando retenidos en la carretera nacional a la espera de que las autoridades del vecino país permitieran la entrada. Con estas decisiones se pone en cuestión cualquier decisión que busque solventar un problema clave y determinante para la ciudad.
Vaya titilar más enigmático..... Por qué el Faro no habla claro cuando se trata de Marruecos. Si, si que se diga claro que es Marruecos quien boicotea el buen funcionamiento de la frontera...... Ya está bien de ir de frente con los gobiernos de Madrid y ponerse de perfil con el de Rabat.
Estamos en manos de Marruecos y no es de ahora, a ver si despertamos con el "puñetero comercio atípico", La frontera Marroquí hace su trabajo que es el de no dejar pasar mercancías de contrabando a menos que paguen los aranceles aduaneros, el problema está en que nadie los paga, dado que triplican el valor del producto, a veces, algunos de estos están prohibidos en el país. Todas las mercancias acaban pasando abonando las presuntas "Reshuas" . Ahora bien, cuando aparece la figura del mandamás aduanero, el cual tiene fama de ser íntegro en su trabajo, se desata la tempestad. Colapsos, avalanchas, cargas policiales etc,etc,.
España, el Estado, tiene que tomar partida, no se puede estar sometido de ninguna de las maneras, hay que buscar soluciones, este pueblo no se merece esto.