Cientos de ceutíes se dieron cita en la mezquita de Sidi Embarek para despedir a los dos hermanos en un día que difícilmente será olvidado por la ciudadanía.
El 21 de marzo quedará marcado para siempre en la memoria de muchos ceutíes como la fecha en que se dio el último adiós a los dos hermanos trágicamente fallecidos tras precipitarse al mar el vehículo en el que se encontraban junto a su madre la noche del pasado viernes.
Momentos antes de que Naira e Ilias iniciaran el recorrido hasta su última morada en el cementerio de Sidi Embarek, cientos de personas, tanto familiares como amigos de los pequeños se daban cita en las inmediaciones de la mezquita para acudir a la oración del imam por el eterno descanso de los dos hermanos.
El que esta tragedia se haya llevado por delante la vida de dos niños ha conmocionado a toda la ciudadanía, y prueba de ello eran las muestras de afecto que los ceutíes mostraron a los familiares de los pequeños en estas horas tan duras. Las primeras autoridades de la Ciudad, tanto el presidente Vivas, como el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, acompañados por una representación de consejeros y de miembros de la institución gubernamental, así como de la oposición, asistieron al sepelio en muestra del hondo pesar que ha impactado en toda la sociedad ceutí. Representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de la Comandancia General también asistieron al emotivo acto de despedida, más dramático aún si cabe debido a la corta edad de los dos hermanos.
Una vez finalizada la oración en Sidi Embarek, la comitiva fúnebre partía hacia el camposanto portando los cuerpos de los dos pequeños, mientras que el duelo aún continuaba en los alrededores de la mezquita. Los llantos y los semblantes de impotencia de muchos de los ciudadanos, especialmente mujeres, que se agolpaban en la zona, daban clara muestra del impacto que esta tragedia ha tenido en nuestra ciudad.
Todos los que conocían a los pequeños resaltaban su simpatía y viveza, dos de las cualidades que siempre quedarán en el corazón y la memoria de familiares, amigos y sus compañeros del colegio Beatriz de Silva al que acudían los dos hermanos.