Después del Gran Cañón del Colorado y la Torre Eiffel ningún mirador había ofrecido vistas tan impresionantes como las de las ventanas que Tragsa está abriendo en el vallado que cubre la remodelación de la obra de la Gran Vía.
Una ventana indiscreta que descubre una avenida Sánchez-Prado a corazón abierto, hasta que las obras estén finalizadas y se levante el telón. Aunque no todos manejen los mismos tiempos…
Un corredor angosto, ahora con vistas a la Gran Vía, que no es del agrado de todos, especialmente, de aquellos que llevan meses aprisionados detrás de las vallas y sufren las consecuencias de una obra faraónica.
Se ha tragado a Miliki el de la noticia... anda que no veas el arte que tiene