‘Milagro’ fue la palabra que más resonaba en la barriada del Mixto durante la tarde del martes y, apenas 48 horas más tarde, los vecinos todavía sentían así, como un milagro, el suceso que acaeció en la tienda de ‘Comestibles Leo’, el cual evitaron que no desembocase en una tragedia mayor. Todos ellos se han convertido en auténticos héroes, la unión del movimiento vecinal evitó que las llamas que abrasaron a este pequeño establecimiento de barrio sumiera a todo el bloque de viviendas que se asienta sobre el mismo. “Si no es por los vecinos esto hubiese sido la ruina, porque ellos también se hubieran calcinado”, manifestaba la propietaria del comercio, Leonor Heredia.
Pero la unión de los residentes en el Mixto no quedó ahí, la solidaridad se escribe con mayúsculas durante estos días en una barriada que se vuelca con una de sus vecinas. Leonor lo ha perdido todo. Las llamas devoraron su discreta tienda que hoy es solo mugre y cenizas, pero no está sola, desde el primer minuto todos estos habitantes de la barriada han ejercido como guardaespaldas, han sido la fortaleza que no tenía, la ayuda que necesitaba y no están dispuestos a abandonarla.
Ayer, Heredia regresaba a su tienda o, más bien, a lo que quedaba de ella, después de estar ingresada en el Hospital como consecuencia de la insuficiencia respiratoria que padece. Y allí, a pie de calle, la esperaba todo un grupo de vecinos con mascarillas, guantes y una inagotable fuerza para comenzar con las labores de limpieza. Fue una intensa jornada en la que se tiró a la basura tres décadas de un negocio que, para Heredia, suponía su única fuente de ingresos. “Me encuentro sola, no tengo nada, mis padres no están, mis hermanos están parados y mis hijos estudiando. La tienda necesita una gran inversión que no tengo porque estoy a cero, todo está tirado por la borda”, expresaba conmocionada Heredia.
Sin embargo sus vecinos no están dispuestos a que el futuro de Leonor se tiña del negro que hoy inunda su negocio. Por ello el Mixto, con su presidente Francisco Ayora a la cabeza, se ha unido para recaudar fondos. La barriada se encuentra empapelada con carteles que imploran a una solidaridad que se traduce en ayuda económica. Para ello se ha habilitado en cuatro negocios del barrio una hucha solidaria. Los puntos de recogida son la Asociación de Vecinos, La Brujita, la Tienda de Ramón, Cafetería de la Placilla y La Tienda de Carmen, en todos ellos se podrá hacer la aportación que cada uno deseé hasta el 31 de agosto. Asimismo, aquellos que no puedan presenciarse y deseen colaborar pueden hacerlo a través de un ingreso bancario en la cuenta: ES07 2038 9882 1830 0750 1235.
No obstante, toda ayuda es poca para una mujer que debe realizar una reforma integral en su negocio y, por ello, reclaman a la atención de las autoridades. “Le pido a la Ciudad que se ‘moje’ un poquito para que esta mujer salga a flote porque ha perdido todo, se ha quedado pegada a la pared. A ver si a algún político se le reaviva la conciencia y se personifica”, expresaba Ayora.
El incendio se produjo en la tarde del martes a causa de un cortocircuito en una de las neveras. Casualmente Heredia no se encontraba el negocio porque cierra las tardes de agosto. “Son las únicas vacaciones que tengo y me pasa esto. Si hubiera sucedido durante otro mes lo podría haber evitado”. Explica la propietaria que, precisamente, la nevera detonante del incendio suele presentar algún fallo. “Antes de irme di la luz general, comprobé que funcionaba y me dije que llamaría al técnico mañana”. Sin embargo, ese día nunca llegó porque a las cinco de la tarde el fuego se apoderó de su comercio. La espesa nube de humo alertó a los vecinos que inmediatamente avisaron a Policía Local y Bomberos, pero cuando Leonor llegó unas horas más tarde ya no quedaba nada. Por suerte no hubo pérdidas humanas, pero sí el de un establecimiento que alimentó durante treinta años a una barriada y, en concreto, a una familia que ahora se ha quedado sin sustento.