Durante la tarde del sábado se han estado ultimando los detalles para la puesta en libertad de dos ejemplares de tortuga de la especie Caretta caretta. Tras la clasificación de los especímenes y culminar con la recogida de datos, el equipo del Centro de Estudios y Consevación de Animales Marinos (CECAM) se puso manos a la obra con las tareas de traslado de las grandes cubas con los animales hacia la conocida playa ceutí de Calamocarro. Nada fácil, teniendo en cuenta que cada una tiene un peso de 40 kg.
Esta especie de tortugas acaba en nuestras aguas debido al viaje que trazan desde el Oceáno Atlántico hacia el Mar Mediterráneo, donde acuden a desovar, y toman la bahía sur como una zona de descanso. Después continuarían con su viaje en condiciones normales. Pero en el caso de estos dos quelonios no fue así.
Ambas tortugas habían sido rescatadas de las redes de las almadrabas. Allí, habían quedado atrapadas y gracias a la labor de los buzos que vigilan la zona asiduamente fueron recogidas. Estos dos ejemplares tenían problemas de flotabilidad, al parecer causados por la ingesta de plástico. Tal y como explicaba Juan Carlos Rivas, Presidente de CECAM, cuando estos animales tragan gran cantidad de plásticos, confundidos por su apariencia de medusas, parte principal de su dieta, comienzan a padecer problemas digestivos que originan una gran cantidad de gases en su organismo; evitando así que puedan sumergirse. Además uno de los ejemplares presentaba un golpe en caparazón ocasionado por un golpe contra el casco de un barco. Sin embargo, ya estaba curado.
El proceso de recuperación ha sido de unos 20 días desde que fueron capturadas en el litoral ceutí. Los de CECAM tienen en cuenta especialmente que los animales se alimenten de una forma normal para dar por hecho que están completamente recuperados.
El Centro de Estudios destaca que son entre 20 y 30 animales los rescatados y que la época de mayor influencia es desde abril hasta noviembre, coincidiendo con el tiempo en que está operativa la almadraba. Fuera de esta temporada también se producen rescates pero en una cuantía muy inferior.
Al final, ya en la playa de Calamocarro, las dos tortugas boba han sido liberadas. Los técnicos han colocado a los quelonios en la arena y estos se han dirigido por sí mismos hacia la orilla. Todo ello ante la gran expectación generada entre los asistentes y con especial ilusión de los niños, que han observado sorprendidos hasta que las dos tortugas han desaparecido en la lejanía del mar.