El bus de la frontera, en llamas. El de la línea 7, con 30 pasajeros a bordo, ha sufrido un incendio por autocombustión en el que ha sido clave tanto la rápida actuación del conductor como de Bomberos
Ricardo Rosa Montes tendrá grabado el jueves, 22 de marzo de 2018 para el resto de su vida. Este ciudadano de a pie y conductor de autobús se convirtió en el héroe de una jornada que se podría haber saldado con un cariz más dramático, ya que el autocar de la línea 7 con el que se aproximaba a la frontera se vio invadido por las llamas como consecuencia de un fallo mecánico.
Sin embargo su actitud ha sido clave para afrontar una situación “que parecía de película”, confesaba ya más sosegado. Gracias a su temple y rápido proceder consiguió sobreponerse a la angustia del momento y, aplicando el protocolo de seguridad, salvó cada una de las 30 vidas que llevaba a su cargo.
“Revivo esos momentos como si estuviese en una burbuja, tan solo podía pensar en que no le ocurriese nada tanto a los pasajeros como a los transeúntes que se encontraban junto al autocar”, ha confesado a FAROTV.
Ricardo no daba crédito a su capacidad de reacción porque “uno nunca se espera que esto le pase y no pensaba que pudiera actuar de esta manera”.
El conductor ha sido clave en todo momento, supo percatarse a tiempo y activar inmediatamente ese protocolo. “Me comenzaron a pitar los coches, pero pensaba que era la Guardia Civil que quería pasar, sin embargo cuando miré no había nadie pero con el sol no llegaba a vislumbrar las llamas”, ha explicado.
"Abrí las puertas, comencé a evacuar a los pasajeros y, con extintor en mano, me dirigí a las llamas”
No obstante el conductor quiso asegurarse y fue precisamente en ese instante cuando se percató del humo que partía de la parte trasera del vehículo. “Justo en ese momento me invadió una angustia tremenda, todavía no me explico cómo no me quedé congelado, pero abrí las puertas, comencé a evacuar a los pasajeros y, con extintor en mano, me dirigí a las llamas”, ha expresado.
Sin embargo estas se le resistieron hasta con dos extintores y tuvo que ser el operativo de Bomberos el encargado de afanarse, durante más de 20 minutos, para conseguir sofocarlas. La rapidez de actuación del SEIS también fue crucial.
El operativo, formado por tres bomberos y un cabo, intervino con espuma, como prevención en caso de haberse producido algún derrame, y procedió a extinguir las llamas con agua.
El cabo, Juan Alguacil, se congratulaba del gran trabajo llevado a cabo. “Ha salido todo perfecto, no ha habido ningún problema”, ha manifestado.
Tanto Policía Local como Guardia Civil controlaron la zona para facilitar la llegada del SEIS sin problemas y evitar el acercamiento de la cantidad de personas que estaban en el lugar.
El suceso, además, generó gran impacto entre las personas que se encontraban transitando por la carretera en el último día de porteo.
No obstante fue una veloz intervención, dejando un ambiente, tan solo 30 minutos más tarde, en el que se cernía un fuerte olor a quemado y decenas de curiosos que, recién llegados, atisbaban a deducir un acontecimiento del que tan solo quedaban cenizas.