Los padres y madres del colegio Ortega y Gasset han decidido plantarse ante las puertas del Ayuntamiento para protestar por el estado del centro
Ellos son solo unos pocos de los miles de padres y madres molestos por el estado de nuestros colegios. Sí. Esos que vemos todos menos el diputado Juan Bravo, a pesar de que ahora publicita cómo difunde la Constitución entre los alumnos.
Le recomiendo que siga haciéndolo en todos aquellos centros en donde nuestros hijos estudian con frío, en donde se han perdido aulas por el hacinamiento, en donde hay goteras, en donde hay aulas tercermundistas.
Así es como están nuestros colegios, a pesar de que el diputado popular que aspira a quitarle el sillón a Vivas vea solo flores donde hay desidia. Los padres del colegio Ortega y Gasset salen a la calle porque están hartos y porque ya no se creen a nadie.
Eso es lo peor que le puede pasar a un Gobierno, que no le crean y que se cansen de esperar. Porque un hijo es lo más sagrado y a un padre no le calma la palabra de un político que ha faltado a sus promesas cuando cada día lo deja en un colegio que no reúne las condiciones.
El calendario de inversiones en este pueblo es errático. Para qué queríamos semejante cárcel, por qué el PP se ha enfrentado a toda la ciudadanía por reformar la Gran Vía, qué criterios se siguen para elegir dónde invertir el dinero de nuestros impuestos...
Que tengamos estos centros que dan pie a estas protestas es consecuencia de no haber hecho bien las cosas y, lo peor, de seguir cometiendo los mismos errores. Insisto, nuestros niños son lo más sagrado.
Respeten la queja de unos padres, de muchos padres que queremos lo mejor para los nuestros. Ni milongas, ni excusas.
Es demasiado poco lo que esta sociedad protesta para que ni nos tomen en serio o se dediquen a sacar a pasear la palabrería de un diputado que está para representarnos a todos, lo hayamos votado o no, no para contar verdades a medias.
Son, sin duda, la peor de las mentiras.