El Belén Viviente de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos regresó un año más a la Plaza de los Reyes, donde una concurrida asistencia pudo disfrutar de un gran ambiente, dulces típicos de la época y algunos coros navideños
La Plaza de los Reyes ha dado, por espacio de unas horas, un salto en el tiempo y retrocedió hasta ese instante en el que arrancó el calendario cristiano. Lo hacía para dar cobijo al ‘Belén Viviente’, una cuidada y colorista escenificación preparada por la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos.
Por tercer año consecutivo
El Belén Viviente es una tradición que se remonta al año 2014 y que la FPAV pretende que se convierta en una de las actividades imprescindibles durante estas fiestas.
Con la misma se busca el hermanamiento entre las diferentes asociaciones, así como con el resto de ciudadanos que durante ese espacio transiten la céntrica plaza.
“Son unas fechas muy señaladas y nuestro fin es revivir lo más característico y con más esencia de las mismas”, señalaba el presidente de la FPAV, Juan Moreno.
Esencia navideña
La esencia más navideña ha inundado la Plaza de los Reyes con villancicos, dulces típicos de estas fechas y, por su puesto, anís para combatir el frío.
No faltó el Nacimiento, con niño Jesús incluido, el establo, los labriegos que acudieron a adorar a Jesús, los niños vestidos de partorcillos, el ángel que anuncia la llegada del hijo de Dios, así como puestos habilitados exclusivamente para Herodes y los Reyes Magos. Y entre los actores improvisados, numerosos integrantes del FPAV y de los coros navideños.
Fueron precisamente estos últimos los que dieron la ‘nota’. Aunque no estaban todos los participantes en el concurso, muchos se unieron a la celebración y volvieron a subir al escenario para animar a los presentes con sus villancicos.