Sólo aquellos que padecen esta enfermedad conocen realmente la lucha que supone convivir con ella y superarla. Por tanto, nunca deberíamos dejar de mostrarles nuestro máximo apoyo tanto a quienes padecen esta enfermedad, como a sus familiares, quienes conviven y participan igualmente en esa lucha.
El cáncer supone que las personas que lo padecen tengan que afrontar distintas fases durante la enfermedad, como son en muchas ocasiones el deterioro físico y la dureza del tratamiento; además, hay que reconocer que, desgraciadamente deben enfrentarse a un gran estigma social.
Es cierto que la manera de afrontar y de vivir la enfermedad es distinta para cada paciente y también es cierto que está demostrado que la mejor manera de afrontar el cáncer es con una actitud positiva.
En este sentido es importante que tanto los que padezcan esta enfermedad, como sus familiares, que no debemos olvidar que son un apoyo y un pilar básico e imprescindible para ellos, y sufren igualmente esta enfermedad; se encuentren en todo momento con el apoyo incondicional de toda la sociedad y de todas las instituciones públicas.
Puesto que el cáncer es una enfermedad que forma parte de la vida, y existe la posibilidad de que su aparición se pueda dar en cualquier instante y en cualquier persona; no podemos mostrar en ningún momento una actitud egoísta, ni mucho menos apática o de indiferencia con aquellas personas que día a día luchan por superar de la manera más digna su enfermedad, una enfermedad que nos ha dejado claro que no distingue entre edad, raza o género.
Por tanto, en ese camino tan difícil y tan delicado por el que tienen que pasar los afectados de cáncer y sus familiares, estos deben encontrar la compañía de toda la sociedad y sobre todo, debemos hacer entre todos que ese camino sea lo menos angustioso posible.
Debemos tener claro que la dignidad de las personas está por encima de cualquier asunto, por lo que el gasto social nunca debe ser opcional ni mucho menos cuestionado o que suponga un obstáculo para los afectados de cáncer. En una cuestión tan importante como es la salud y la dignidad de las personas, el compromiso social es fundamental e incuestionable.
En nuestra ciudad, desgraciadamente, aún existen problemas que las administraciones no quieren afrontar y darle una solución definitiva, todos conocemos la dureza que supone para esos pacientes los traslados a la península para seguir sus tratamientos de radioterapia, y por ello el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía también apoya la reivindicación de toda la ciudadanía, menos el señor director de la Dirección Provincial del Ministerio de Sanidad, de la instalación de esa unidad en nuestra Ciudad. No podemos mercantilizar la sanidad arguyendo temas de rentabilidad económica o, ahora, de desatención porque el personal médico no querría esas plazas por la falta de “pacientes suficientes” que les den una garantía de formación. No busquen falsos argumentos, digan que en sus presupuestos no tiene cabida una respuesta a nuestro problema.
Igualmente desde nuestra administración local se debería impulsar un plan de cuidados paliativos; el área de servicios sociales debería llegar a un acuerdo dentro del marco del programa de familias, para la atención psicosocial y de acompañamiento de las familias afectadas de cáncer.
En este día mundial del Cáncer el MDyC quiere mostrar su solidaridad y apoyo a estos enfermos y sus familias señalándoles que nuestro movimiento socio político incluirá en su programa de Gobierno la implantación de esta Unidad de Radioterapia y de acuerdos con las familias para ayudarles a superar la enfermedad.
Suerte y valor a todos.