De nuevo la valla en el punto de mira. De nuevo las actuaciones, las críticas, las versiones siempre opuestas porque esconden alguna que otra mentira y la política, siempre hipócrita.
La última intervención en el perímetro de Melilla ha provocado una cadena de críticas construidas, algunas de ellas, en base a mentiras. Se ha comprobado con el subsahariano que supuestamente había perdido un riñón por una paliza de la Guardia Civil y que había sido expulsado en esas condiciones al otro lado. Al final se ha reconocido que esa información, difundida por la asociación Prodein, no era cierta. Desgraciadamente muchas de las informaciones, valoraciones y conclusiones que acostumbran a difundirse por ciertas luego no lo son.
Sin reparar antes en una obligada confirmación, la clase política que es la que debería dar ejemplo se lanza a un vergonzoso enfrentamiento con tal de sacar rédito político. No se persigue nada más. Que el PSOE venga a hablar ahora de “prácticas inhumanas” en las fronteras, exigiendo que el Gobierno aclare lo que está pasando, es el más claro ejemplo de una hipocresía tal que, lejos de causarles vergüenza, parece que les hace sentir más fuertes. ¿Prácticas inhumanas?, ¿ahora viene el PSOE con traje de monja de clausura a hablar de esto? Convendría reflexionar, mirar... no muy lejos... al año 2005 y llamar de su retiro dorado a Fernández de la Vega para que nos recuerde la vergonzosa rueda de prensa que dio en la Delegación del Gobierno para justificar que inmigrantes heridos fueran cargados en autobuses y abandonados en el desierto. Por ejemplo.
El PSOE patina, pero la reina del patinaje sigue siendo la comisaria Malmströn, que ahora nos viene con recomendaciones sobre cómo se debe actuar en el vallado. Lo dice quien ha evitado por todos los medios girar visita a los perímetros de Ceuta y Melilla, quien calla de forma vergonzosa cuando sabe que Europa ha hecho bien poco por dignificar las fronteras sur, quien sabe a dónde va la financiación de políticas europeas y qué se recibe a cambio. ¿Quiere la señora comisaria hablar de inmigración? Puede, pero sabiendo que lo hace con la conciencia tranquila... eso, desgraciadamente escasea.
Cualquier persona decente defiende la dignidad en los pasos, el cumplimiento de la ley sin pasarse lo más mínimo con las personas que, a la desesperada, intentan cruzar el paso... pero lo que es insoportable ya es la cruzada de bastardos intereses perseguidos por posicionamientos políticos falsos, sin corazón, oportunistas y que solo buscan sacar beneficio de alguna manera.
Desgraciadamente, desde que los flujos migratorios asomaron como una problemática que afectaba a España, ningún partido ha estado a la altura ni, tristemente, se ha interesado en sus denuncias por lo que, se supone, debería interesarse: que el funcionamiento sea acorde a la ley. Asco.