Los vecinos del Príncipe marcharon ayer en manifestación desde la barriada hasta el instituto que frecuentaba el joven Munir, asesinado en la madrugada del pasado viernes.
Fue un acto reflejo, fruto de la tensión que, desde esa noche, se está dando en el barrio y que ya fue palpable en el propio entierro del sábado. Los participantes en este acto pidieron lo que pediría cualquier persona razonable: que haya justicia, que se detenga a los culpables de este crimen y que todo se haga de tal forma que no quede escapatoria alguna para quienes han asesinado a este joven.
El de ayer fue el preámbulo de la manifestación que se ha solicitado de manera oficial para el día 10. Un acto legítimo que nace de la necesidad que tienen ya muchos ceutíes de protestar por la inseguridad existente y pedir medidas que ayuden a atajar la auténtica criminalidad, no la que nos venden empaquetada en las estadísticas que sobre criminalidad nos difunde Interior y que solo sirven para vender la buena gestión política y el buen hacer de los jefazos policiales de turno.
Llevamos demasiados años con una violencia que no termina de erradicarse. En esto no cabe ser oportunistas, aunque los hay que siguen dando ejemplo de su mezquindad efectuando romerías en cada acto, en busca de votos. Hay gente para todo. La realidad nos escupe una imagen bien distinta. Ningún gobierno ha sabido controlar la escalada de violencia asentada ya no solo en el Príncipe sino en muchas más barriadas de la ciudad. La causa no es otra que su obsesión por vender imagen. No actúan de otra manera, solo efecto, impacto para frenar la escalada de críticas.
Llevamos años contando las mismas historias, hablando de tiroteos, de muertes, de madres que pierden a sus hijos, de viudas, de huérfanos... tenemos una ristra de muertos cuyos autores ni siquiera están entre rejas, casos no esclarecidos que forman parte de una violencia nunca erradicada por completo.
Ahora, la muerte de Munir nos devuelve a esa realidad. Pero antes que este joven hubo más casos, algunos de ellos incluso archivados sin haber llegado a que se haya celebrado juicio oral. El abandono de muchas zonas de Ceuta ha llegado a un desgaste estructural tal que nos topamos con una realidad sangrante que nos va a terminar doliendo a todos.
Aún ayer tenía que escuchar a más de uno decir: ¿pero esta manifestación sin permiso, no es ilegal? Insensatos. Ilegal, inmoral, indecente es todo lo que está sucediendo.