Y todavía anda la AUGC mosqueada, preguntándose que por qué la Dirección General de la Guardia Civil no ha abierto una investigación por la filtración de un informe a El País cuyo único objetivo era servirle de pomada Mustela a su mandamás don Arsenio y de supositorio, de esos que nos metían las madres sin darnos cuenta mientras dormíamos, al teniente coronel.
Mira que los de AUGC son espabilados, pero va a ser que con los últimos ataques recibidos por no llamar a la participación en la gran pantomima del PP el 13-M, se han quedado bloqueados. Ni hay investigación ni la habrá. Aquí el poder es el que maneja a su antojo las filtraciones, hace y deshace, hunde y eleva, mientras que los demás somos meros monigotes que si levantamos la cabeza por encima de lo permitido nos la cortan.
AUGC persigue conocer la verdad y eso hoy por hoy es un imposible. La verdad es la que buscan los niños chicos, que aún no se han visto contagiados por el podrido sistema de corruptelas y puñaladas que nos hemos montado a nuestra vera. Sistema mantenido, directa o indirectamente, por los adultos. La clase política, los medios de comunicación, las empresas, los partidos, los sindicatos... y una clase social inmovilista ayudan a que la mayor estafa a las libertades y a la transparencia democrática persista. Nos gusta, cual cochinillos, saltar en los charcos. En algunas ocasiones más grandes que otros.
AUGC sueña con ser el niño chico que se asoma a la puerta del cuartel y exige llorando que se aclare la verdad. Los puchericos se los terminará llevando a su casa porque ni a la Dirección General, ni al delfín de don Mariano les interesa saber. El Gobierno está jugando a lo que siempre le gustó a la derecha: controlar la información, filtrar informes, mentir y hundir a quienes les resultan molestos o les dejan con el culito al aire. Nos queda todavía mucha mierda que ver. Esperen.