Se dice que cuando las aguas están revueltas hay que callar y hablar cuando llega la calma, ahora creo que es momento de hablar, hace unos años estuve invitada a una ponencia; donde daba las gracias a todas las personas capaces de ver mas allá de las enfermedades, discapacidades etc.…, yo he tendido la suerte de encontrarme con personas así, hasta que me llegó el profesional, ese profesional que es capaz de dejar a un niño indefenso solo en una aula llorando y cerrar la puerta y empezar a gritar por el pasillo diciendo que está hasta …., ese que es capaz, aún sabiendo que el niño padece fatiga muscular, de decirle que va a repetir los números hasta que se canse, hasta que llore, así durante una hora, sabiendo que se le podría producir una acidosis láctica, como esto un largo etc.….
Pero no había bastante con un profesional, que esto se contagia, “ claro si el equipo directivo no hace nada ante esta situación y mira hacia otro lado que me encuentro con una profesional que no es capaz de dirigirse al niño la mitad de las veces, ella con ponerse a hablar por el móvil mientras tiene a los niños horas lectivas o criticarme a mi delante de mi hijo y no tener bastante encima delante de él lo llaman maleducado, que es lo peor que ha tenido….así un largo etc.…hasta que el niño después de haber estado con ella dos horas sin hacer nada, se pone a llorar ante tanta crueldad.
Claro y podemos pensar ¿y el psicólogo del centro sabe algo? Pues sí, él tiene la desfachatez de llamar criatura a mi hijo, de dar información del expediente delante de otros niños y de mofarse de otros compañeros de la profesión.
¿Y los inspectores?, en sus despachos claro, con ir una vez a la semana con un día estipulado cuando llegan al colegio eso será la casa de la pradera, ¿y porque no de sorpresa? Y saber que esto que cuento ocurre en muchas aulas y a la vez en muchos colegios por desgracia.
Ahora mi hijo se encuentra a salvo de tanta crueldad, con personas que anteponen el cariño sobre todas las cosas.
Aunque haya pasado todo esto, yo seguiré creyendo y luchando por la inclusión, porque el sistema no falla, lo que falla son las personas que están adentro del sistema, mientras siga habiendo personas así, tendremos que seguir hablando de inclusión.