Por fin ayer, el presidente de la Cámara de Comercio, Karim Bulaix, se acordó de que existe una frontera y de que hay un caos fronterizo de mil pares de narices. Desaparecido salvo para acudir a las puertas del Ayuntamiento y protestar por la pretendida ordenanza de terrazas (algo que le afecta mucho más, evidentemente), aparece en escena con un comunicado de prensa en el que opina tarde y mal sobre todo lo que está sucediendo en el Tarajal. Tras significar “el profundo malestar del empresariado ceutí”, Bulaix “urge” a la Delegación y a la Ciudad a buscar soluciones y, “si es necesario”, señala, “mantener conversaciones con el Gobierno marroquí para remediar estas graves situaciones que están influyendo negativamente en el comercio local”.
Vaya presidente cameral, que todavía no se ha enterado que esas reuniones que pide con Marruecos no solo ya se han llevado a cabo sino que además se han producido posteriores encuentros a raíz de lo hablado en Bab Sebta. Pero aquí no queda la estelar reaparición de quien ha sido elegido para representar los intereses de todos los empresarios (aunque a veces parece que le mueven más otros intereses cercanos). Resulta que el mismo comunicado alude a las colas y alerta de la problemática de los “porteadores” que se ven “obligados a subir por el monte tras tirar las escaleras”. ¡Vaya!, por fin, cuando ha pasado más de un mes del derribo, cuando ha habido accidentes, cuando son muchas las tensiones que se han producido tras esa decisión, el señor Bulaix habla del tema. Y habla por lo que le cuentan, porque todavía, tras muchísimas mañanas en el Tarajal, al presidente cameral no se le ha visto ni el pelo por el lugar. Otro cantamañanas como los dignos representantes de la casta política, que aparecieron para fotografiarse en la zona y a los que ya jamás se les ha visto el pelo. Así que esa preocupación que ‘venden’ por lo que le suceda a esas mujeres que bajan la ladera cargadas de bultos será mejor que se la reserven para los círculos que les aplauden.
Si esta es la talla que puede dar la Cámara de Comercio ante situaciones graves como las ocurridas desde hace ¡un mes! en el Tarajal, mal vamos. Si el señor Bulaix quiere dar ejemplo de implicación con los empresarios del polígono o de mínima preocupación por esta problemática, cuando menos tiene que estar donde está y de ponerse al día del origen de estos problemas, del porqué se suceden y de las reuniones que ya se han mantenido. Lo demás es una forma vulgar de escenificar un muy poco meritorio interés por lo que pasa en este pueblo y en su propio sector.
Vaya a la frontera, vea lo que pasa, hable con todos y después opine. Pero no haga como otros, que con una vuelta en coche ya creen haber cumplido.