Nuestra colaboradora Hermy Vicente lo expresaba, con todo su sentimiento, en su artículo del pasado viernes dedicado a Tigresa. La muerte de una gata envenenada en Patio Páramo venía a demostrar lo que hace tiempo está sucediendo en Ceuta: que están aniquilindo una población que, no olvidemos, impide que tengamos plagas bastante peligrosas en la ciudad. A los gatos callejeros hace ya tiempo que los están haciendo desaparecer. Por mucho que las asociaciones o los ciudadanos protesten con cartas en prensa o a través de las redes sociales, parece haberse puesto en marcha una maquinaria que demuestra la nefasta conciencia animal que existe en la clase política por mucho reglamento que se apruebe y mucha normativa que se lleve a pleno. Cuando en Ceuta hay problemas se opta siempre por la decisión más radical: llevarse a quienes no pueden defenderse quitándoselos de en medio. Y curiosamente empiezan a aparecer casos de envenenamientos masivos por distintas barriadas. Blanco y en botella.
Por supuesto que hay que adoptar medidas para frenar que las colonias de gatos vayan a más. Evidente que algo hay que hacer para que no aumente la presencia de perros abandonados en los montes que pueden terminar atacando a las personas. Pero cualquier actuación nunca debe pasar por la postura más radical y a su vez más cobarde: dejar que pase lo que está pasando, que maten a los animales sin que exista una actuación al respecto.
Si existiera un mínimo interés, la clase política copiaría modelos que se están llevando a cabo en otras ciudades para controlar la población animal; lo haría pensando ya no sólo en que es lo correcto no provocar sufrimientos en estas colonias sino también en el bienestar común de toda la sociedad. La pregunta es sencilla: a usted no le gustan los gatos ni quiere que su barriada esté llena de felinos callejeros... ¿prefiere entonces toparse con una plaga de roedores, de cucarachas...? Y que no me vengan con eso de que las ratas están controladas con campañas de desratización. Mentira.
Después de los episodios de maltrato animal que se están denunciando (porque envenenamientos masivos se encuadran en este delito) no estaría de más que Sanidad diera un paso para reunirse con los colectivos que tengan representación al objeto de aunar posturas y llegar a acuerdos que eviten las campañas de mortandad sospechosa que se están generalizando en ya demasiadas barriadas para matar a otros seres vivos.