Es frecuente distraerse en la lectura; a veces se pasa una o más páginas y uno se da cuenta que ha perdido el hilo de lo que estaba leyendo. Quizás una cabezada porque a ciertas horas el sueño se adueña de nuestra voluntad, o porque nos llegó a la mente un pensamiento que nos robó la atención y hasta puede ser que sea poco interesante lo que esas páginas nos mostraban. Desvíos de la línea principal que era leer un libro, tal vez muy recomendado y que nos apetecía leer y que nos obligan a volver atrás hasta conseguir unir los párrafos atendidos con los que nuestra mente ya había recogido. A veces no hacemos eso y pasamos a otras páginas sin saber de qué iban las anteriores.
Salvando todo lo que sea necesario en el proceder humano, el hombre - y también la mujer, naturalmente - se comporta con su vida de la misma forma que hemos dicho sobre la lectura. La atención a la vida propia y a las de los demás están llenas de lagunas, motivadas por un sin fin de causas.
No somos atentos con nosotros mismos, no nos fijamos bien en nuestros errores, pasamos por alto muchos detalles interesantes y necesarios para nuestra vida y, sin embargo, nos dejamos llevar por otras cuestiones que no solamente no son interesantes sino que, además, nos hacen daño a nuestro propio ser y también dañan a los demás por el mal ejemplo que conlleva nuestra defectuosa actuación.
Los periódicos y los demás medios de difusión intentan ponernos al día de lo que ocurre en el mundo, bien sea del chiquito que es el local y también de esos otros hermanos mayores que nos informan de lo que ocurre, o puede ocurrir en cualquier lugar del mundo.
Basta que a un señor se le ocurra portarse mal en un Organismo importante para que inmediatamente se ponga en movimiento una labor múltiple de seguimiento que, cada una de ellas, es como una novela o una película de las que ya hemos visto unas cuantas.
En cualquier caso, cada día estamos abocados a un sin fin de novedades aunque sean de viejos asuntos; viejos como los de la vida misma en la que todo se repite.
¿Cómo no tener lagunas en esos seguimientos? También en cada uno de ellos es posible la distracción, la no exacta unión de lo conocido con lo por conocer o se nos acaba de contar. Es algo así como ir dando saltos en la vida y resulta, a veces, divertido conocer las versiones de unos u otros.
Negar que, a pesar de ello, se sienta interés - a veces mucho - en conocer cómo marchan tales o cuales asuntos será faltar a la verdad, aunque sea mínimamente.
Todo lo que ocurre en el mundo es de interés para todos, aunque algunas cuestiones nos puedan afectar de forma más directa y rápidamente que otras. Nos afectan y debemos tratar de arreglarlas debidamente.
Bueno, aunque haga calor y la temporada veraniega haya empezado, hay que seguir pendiente de lo que ocurra y hasta prevenir lo que nos pueda ocurrir.
Es la vida, aunque hay que procurar que sea útil para todo el mundo, aunque sean inevitables esas somnolencias y otras distracciones más o menos por el estilo.