Tienes tu vida organizada... ¿o quizás no? Hoy día son muchas y muy variadas las circunstancias que van apareciendo en la vida de la sociedad y, como consecuencia directa, en la vida de cualquier persona. Hoy acudí a una oficina para que me proporcionaran un talonario para las recetas de los médicos a los que tenga uno que acudir por cualquier circunstancia y, al revés de lo que era habitual anteriormente, me encontré que estaba llena de personas, tal vez para solicitar lo mismo que yo. No dejaba de llegar gente, cada vez había más esperando su turno para ser atendidas. La razón es que esa oficina cerrará, para siempre, el próximo día 1 de junio y habrá que ir a una ciudad próxima para solicitar los servicios que hasta ahora nos prestaban en esta ciudad. Necesidades de ahorro para la Administración, pero...
No es como para organizar cualquier tipo de manifestación con profusión de carteles y demás parafernalia al uso, pero para muchas personas ancianas y que viven solas no deja de ser un problema, sobre todo de angustia. ¿Cómo podré resolver esta cuestión? Esa pregunta es un grito en la sociedad; quizás débil grito, acorde con la debilidad de una parte de los afectados, que disminuirá a medida que cada cual vaya encontrando la solución a ese problema por medio de un familiar o de un amigo o de un cosario, como los que existían hasta hace unos cuantos años y que se encargaban de llevar y traer cosas entre varios pueblos más o menos próximos. Posiblemente habrá soluciones más cómodas, pienso yo, pues la tecnología actual está muy avanzada en todos los órdenes, pero se ha roto un sistema que conocíamos.
No es ese grito como el que de forma permanente sale de esas almas angustiadas porque no tienen trabajo y no pueden atender las necesidades básicas de sus familias, ni es tampoco como el de ese hombre al que te encuentras en la puerta de un comercio de alimentación o una cafetería, pidiéndote unas monedas para poder comer. Es un inmigrante africano el último que acabo de ver en esa situación y me pregunto, una vez más, qué clase sociedad es ésta en la que hay gente que tiene que vivir así: pasando hambre y toda clase de privaciones mientras otros vivimos mejor que esa gente. La sociedad está angustiada y ese grito de angustia no cesa y debe escucharse con dolor del alma, así como trabajar al máximo para lograr que desaparezca de la sociedad ese grito que nos duele y avergüenza.
Tenemos problemas muy serios en nuestro país, al igual que ocurre en otros más. No somos los únicos en los que se oye ese triste grito en la sociedad, tanto por los problemas señalados como por otros de orden moral que se quieren disfrazar de gestos razonables y hasta de derechos de unos u otros. Tenemos toda una verdadera carga de presión sobre nuestra condición humana y hemos de tratar de responder de forma inteligente y plenamente humana, formando una gran unidad de acción en la que la sensibilidad del espíritu no quede arrinconada ni olvidada sino que sea la bandera a seguir. Son problemas complejos y profundos, pero fuerte es la voluntad del ser humano cuando lucha por la verdad de la vida, no la de esa caricatura que a veces nos presentan y que provocan un terrible y fuerte grito en la sociedad.
No es hora de vivir pasivamente en la angustia sino de luchar serena e inteligentemente contra todo cuanto nos oprima y vaya contra la moral de la vida humana. No es un grito de protesta en la sociedad sino un grito de angustia para que la sociedad sea capaz de encontrar la solución adecuada a cuanto nos hace sufrir, aunque sea el cierre de una oficina en la que nos proporcionaban. entre otras cosas. los talonarios para las recetas de medicamentos.