El regador regado (l’arroseur arrosé), de Louis Lumière, es una de las piezas de ficción más antiguas de la historia del cine. Un hito. Algo así como el primer clásico. Data de 1895. Dura menos de un minuto. Puede verse en Youtube. Se trata de la primera obra fílmica en la que un actor (François Clerc) fue remunerado por su trabajo. Clerc interpretó el rol del jardinero. Encarnó el papel del famoso regador que, de forma involuntaria, acaba siendo rociado por la manga que él mismo maneja. El regador regado. No hay más. Ese es el sencillo argumento de una de las seminales y más conocidas aportaciones a la historia del séptimo arte.
Como la pieza de Lumière, las imágenes grabadas por las cámaras del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) frente a las costas de Lanzarote en diciembre de 2012, y difundidas por la Cadena SER esta semana, también están destinadas a convertirse en un hito. Marcarán un antes y un después en la memoria audiovisual del blindaje fronterizo de la Unión Europea.
Lamentablemente no se trata de una pieza de ficción. Su contenido no es cómico. Es trágico. El crudo reflejo de lo que sucedió la madrugada del 13 de diciembre de 2012 en el litoral lanzaroteño, cuando la patrullera “Rio Cabaleiro” de la Guardia Civil colisionó con una patera en la que viajaban 25 jóvenes marroquíes. El choque causó el hundimiento de la patera. Sobrevivieron 17 de los 25 tripulantes. 6 jóvenes desaparecieron en el mar y sólo pudo recuperarse un cadáver. 3 de los supervivientes permanecen en Canarias. El resto fueron repatriados a Marruecos.
Filtración mediante, las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia del SIVE están circulando esta semana por los medios. Y están sirviendo para fiscalizar la actuación de los encargados de securizar el segmento español del perímetro meridional comunitario. Son muchas las horas de fronterización filmadas desde que los primeros sensores, radares y cámaras del SIVE fueran instalados en 2002 en Algeciras. Pero ésta es la primera vez que el material recogido no sirve para detectar y obstaculizar la llegada de inmigrantes, sino para vigilar al vigilante. Para controlar a quienes controlan la frontera.
La grabación, de unos 4 minutos de duración, es estremecedora por un doble motivo. En primer lugar, porque muestra cómo la patrullera de la Guardia Civil embiste a la patera y provoca su hundimiento – y porque conocemos el letal resultado del choque. Y en segundo lugar, porque pone de manifiesto que la versión oficial ofrecida por las autoridades españolas tras el incidente no se corresponde exactamente con lo que muestran las imágenes.
Los hechos están siendo investigados por la magistrada del juzgado número 3 de Arrecife. El proceso puede alargarse. Tardaremos en saber de qué modo dirime las responsabilidades la justicia española. Sin embargo, de momento, bienvenido sea el debate abierto en torno a la contraloría de la vigilancia fronteriza. Bienvenida sea más atención y más discusión pública sobre la responsabilidad de las miles de muertes de inmigrantes acontecidas en las puertas de entrada de la UE.
Las prácticas de gestión de la (in)movilidad humana a través de las fronteras exteriores de la Unión siguen cobrándose vidas. Según el recién publicado informe “Derechos Humanos en la Frontera Sur 2013” de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, en 2012 murieron o desaparecieron 225 personas tratando de llegar España. Según un también recién publicado informe de Médicos Sin Fronteras, la situación de vulnerabilidad y violencia a la que están sometidos los inmigrantes subsaharianos atrapados frente a las vallas norteafricanas de la UE no cesa. Se recrudece. Mucha más luz es necesaria en los confines de la Unión.
(*)Investigador. Departament de Geografia. Universitat Autònoma de Barcelona