Le pondrían precio a un ser querido? ¿Comprarían a un ser humano? No, tener una cierta cantidad de dinero, no me da derecho a comprar a los demás. No hablo de comprar su tiempo a través de un servicio, ni de pagar por un trabajo que voluntariamente realicen; hablo de comprarles como propiedad. No se me ocurriría comprar a mis amigos humanos ¿Por qué querría comprarlos si son de otras especies? La compra supone poner precio a “algo” pero los animales no somos algo, los animales somos alguien y si reconocemos que alguien siente, también deberíamos reconocer que los sentimientos no se pueden comprar ¿Cuanto creen que vale un perro? ¿Vale menos una tortuga? ¿Un pájaro? ¿Un coche? ¿Un gato? ¿Unos zapatos? ¿Cómo somos capaces de meterlos en el mismo saco?
No, no es lo mismo un objeto inerte, que un ser vivo con emociones. Poner a los animales en el mercado, solo los convierte en mercancías. Convertimos a un animal en mercancía, cada vez que nos importa más su raza o especie que su nombre o sus emociones y los tratamos como cosas, cada vez que nos mueve más el capricho de tener uno que el deseo de poder ayudarles. Tenemos que tomar consciencia y darnos cuenta de que hay muchísimos animales que necesitan nuestra ayuda y ninguno de ellos necesita que lo compremos. Es triste que tengamos que dar motivos para no abandonar, maltratar o comprar animales cuando lo más adecuado sería preguntarnos ¿Por qué hacerlo? Si lo que nos mueve es la preocupación por los demás y somos conscientes de la situación en la que se encuentran los animales, no existirá para nosotros ningún motivo. La adopción es la única opción si queremos ser parte de la solución y no del problema.