Ante la falta de visitas institucionales, ante la eliminación de los típicos acuerdos con comunidades que se firmaban pero luego no servían de mucho -más bien de nada porque no hemos alcanzado a ver su desarrollo-, la Ciudad ha previsto algo diferente para celebrar la autonomía. Sí, toca este domingo. Domingo que no es festivo en el calendario y domingo que se perderá en la institucionalidad de un evento excesivamente protocolario. En esta ocasión, con menos medallas y ningún presidente autonómico de postín, la Ciudad ha optado por sacar el evento a la calle, organizando una serie de actividades más festivas desde el mismo sábado. Ya se cuenta con varios carnavaleros y se prepara algo más para que la gente siente este fin de semana como algo distinto.
La cuestión que habría que plantearse es si todo lo que se está montando tiene realmente algo que ver con la lucha autonómica que fue la que dio pie a la celebración de este Día de Ceuta. Que Festejos termine organizando los actos del día 2 resulta, cuando menos, esperpéntico. Y no tengo nada contra los de esta área, ojo, pero resulta poco serio que para sacar a la calle las celebraciones del día 2 nos estemos buscando un programa propio de cualquier otra festividad. ¿Esto es extender el espíritu autonomista?, ¿esto es debatir sobre la reforma estatutaria?, ¿esto es enseñar a las nuevas generaciones el sentido de la Transitoria Quinta o mostrar el porqué de aquella lucha? No sé, a mi es que no me cuadra. Si celebrar el día 2 es tan simplón como lo que, de entrada, ya se está conociendo... creo que se ha dado un buen patinazo.
Todo sea, claro está, según el prisma con el que el Gobierno quiera celebrar el día 2. A golpe de Carnaval suena un poco a chirigotero. ¿Esa es la concepción que se tiene de todo este debate? Esperemos si hay otros actos antes de rasgarnos las vestiduras. Si a alguien todavía le entran ganas de hacerlo, claro.