La AD Ceuta puede estar viviendo uno de los peores años de su historia, de eso no hay ninguna duda.
El recorte de la subvención por parte de la Ciudad dejó al club tambaleándose, acostumbrado a manejar cifras más abultadas y claro, los resultados no acompañan y el equipo se mueve en la zona baja de la tabla, sin opciones de meterse en el play-off y coqueteando con la zona de descenso, todavía lejos, pero un poquito más cerca a cada jornada.
Lo peor es el desencanto de la afición. La poca presencia de público ante el Lorca Atlético no se debió únicamente al frío y al horario. El tener al equipo entrenando en Sevilla no gusta nada a unos seguidores que no pueden abstraerse de la mala imagen ofrecida en los últimos partidos.
Y si además le añadimos al ‘cocktail’ la situación del equipo juvenil en Liga Nacional, apaga y vámonos. El 13-0 en Nervión supone una humillación para un equipo que representa los colores de la AD Ceuta.
Futuro negro el que tiene por delante el club blanco y, sobre todo, el fútbol caballa, que se aferra a su equipo de Segunda División B. Caer en el pozo de la Tercera División sería desastroso.
Todavía es pronto para entrar en un profundo análisis. Habrá que esperar a que termine la liga y saber qué quiere la Ciudad, que al fin y al cabo es la que pone la pasta de este equipo que es uno de los pilares del fútbol en Ceuta.
Pero sería interesante plantearse la situación e ir sentando las bases sobre el futuro de la Agrupación. Perdón, la Asociación.