Ceuta será, durante tres días, una de las capitales de la cantera de fútbol y fútbol-sala en España.
Son días para darse palmaditas en la espalda por el trabajo bien hecho, pero también para intentar mejorar en algunos aspectos.
Contaremos con representantes de la Federación Española de Fútbol en la grada, y es un buen momento para portarse como niños buenos y dar una lección de que en Ceuta somos civilizados.
No nos engañemos. La categoría juvenil, es decir, la sub-18, en la que competimos a nivel nacional en estos momentos con tres equipos, ha hecho mucho daño a la imagen de nuestra ciudad.
Lamentables actitudes de entrenadores que saltan al campo, bochornosos arbitrajes (algunos) u otros asuntos extra deportivos de mal recuerdo, con juicio de por medio que es mejor no mentar en exceso, han hecho que a Ceuta, en la península, se nos vea mal.
Esto es sólo lo malo claro, que también hay bueno, y mucho, pero repito, hay que ser constructivos e intentar pulir detalles.
Por eso nos encontramos ante una inigualable oportunidad para que nuestros equipos, y voy a meter a todos en el saco, ofrezcan una buena imagen, sobre todo ante Federaciones de mucho peso como son las de Madrid y Valencia. Sobran las presentaciones.
Resultados al margen, ya que cada uno intentará hacerlo lo mejor posible, la imagen que han de ofrecer los equipos, los tres (sub-16, sub-18 y los juveniles de fútbol-sala) ha de ser ejemplar.
Después de un año ‘movidito’ por lo mencionado anteriormente, será más que oportuno cerrar el año demostrando que Ceuta no es sólo arbitrajes caseros y patadas feas. Hay clase y saber estar.