El 22 de octubre AUGC volvía, una vez más, a demostrar que siempre ha estado, está y estará al lado de sus compañeros y compañeras, sin importar las amenazas de expedientes a sus dirigentes o los recortes de derechos constitucionales que desde las Instituciones se pretenden llevar a cabo en la Benemérita. Los compañeros y compañeras y sus familias habían denunciado ante la Organización la situación de acoso y vejación que desde la llegada de BILDU a las Instituciones vascas y navarras venían sufriendo. Unas humillaciones a las que los guardias se han tenido que enfrentar en soledad ya que ningún representante institucional se ha interesado por su situación.
Ante este desamparo, AUGC acordó convocar una concentración en Vitoria, ante la sede del Gobierno Vasco para recordar a BILDU y sus acólitos que los guardias civiles de Euskadi y Navarra no están solos ante ellos.
En cuanto se anunció la intención de convocar la concentración en Vitoria numerosas organizaciones se adhirieron al Manifiesto, y, participando activamente en la misma. Las asociaciones con representación en el Consejo también se sumaron, con la excepción de ASES.
Además AUGC invitó formalmente a APROGC, asociación próxima a los mandos y que declinaron participar en el acto. APROGC considera que “los guardias civiles no debemos convocar manifestaciones de ningún tipo ni hacer pública de ninguna forma nuestra participación en manifestaciones organizadas por otros colectivos que legal y legítimamente puedan convocarlas. Nuestra postura, dicen en su contestación, es clara: el que quiera participar en esas manifestaciones a título particular que vaya; pero no es propio de guardias civiles convocar manifestaciones ni participar en ellas haciendo ostentación de su condición”. Desde AUGC consideramos que para esta asociación es más propio del carácter de la guardia civil callar y bajar la cabeza ante cualquier tipo de acoso o injusticia. Postura que, lógicamente no comparte ni la Organización ni sus 33.000 afiliados.
A pesar de estas ausencias, AUGC considera este 22 de octubre un día “histórico” al coincidir el anuncio del fin de ETA y la primera concentración de guardias en el País Vasco, porque, como recordaba un portavoz “los guardias civiles siempre han tenido que mirar quien viene detrás y hoy dan la cara y denuncian la situación”.
En declaraciones a los medios, el secretario de organización de AUGC, recalcó que el anuncio de ETA en ningún momento hace referencia a los muertos que ha dejado la banda en su camino y que tampoco hace referencia a cuando y donde hará entrega de las armas, por lo que piden a la banda que “entreguen su arsenal y se pongan a disposición de la justicia”.
Por su parte el secretario general, Alberto Moya, aprovechó para pedir a ETA “hechos” y exigió que sean las víctimas las verdaderas protagonistas., por lo que, dijo, “este camino que se va a iniciar tras el comunicado no se puede hacer sin su dignidad.
Con esta concentración la Organización mayoritaria de la Guardia Civil no solo ha pretendido defender el trabajo que los guardias civiles realizan en el País Vasco y Navarra sino también “repudiar las actitudes de desprecio y acoso, que por parte de los de siempre y con el apoyo de los de ahora, son realizadas en contra de los guardias civiles y sus familias”. “Como no se puede devolver la vida a la gente, continuó Moya, se les debe reparar civil y penalmente, y para ello deben dar la cara, pagar las indemnizaciones y cumplir cárcel, porque esto es lo que ocurre en un Estado de Derecho”. Además recordó que no sólo los etarras deben pedir perdón. También tienen que hacerlo la izquierda abertzale”-.
Bajo el lema “EN LA VERDADERA PAZ NO HAY SITIO PARA EL ODIO, AUGC CON LOS GUARDIAS CIVILES Y SUS FAMILIAS” se concentraron durante una hora los más de 500 compañeros y compañeras llegados de diferentes puntos del país. Portaban pancartas en las que se podía leer la Declaración del los Derechos Humanos del Guardia Civil aprobados el pasado 25 de enero en Sevilla, o en las que pedían libertad de expresión. Una libertad de expresión y manifestación que también reclamó para los agentes Mª Jesús González, madre de Irene Villa, encargada de dar lectura al manifiesto.
Mª Jesús pidió para los guardias los mismos derechos que ahora disfrutan los verdugos.