Cuando me preguntan sobre la posibilidad de que mi Gobierno haya cometido colaboración con la banda armada ETA. y yo respondo con una canción, es que me parto de risa. Cuando le paralizaron la pensión a mi madre, viuda y encima el IPC subió un 3% Yo es que me parto de risa.
Cuando me han subido el recibo de la luz más de un 45% en los últimos años y ahora me lo van a subir un 10% más, yo me parto de risa.
Cuando cada vez que voy a echar gasolina al coche y cada vez me cuesta mucho más, me parto de risa.
Cuando a los funcionarios, que además son los trabajadores de los que mejor y más servicio de calidad demando, les bajan el sueldo una media del 5%, yo me parto de risa.
Cuando han disminuido mis derechos sociales de jubilación, y los de mis hijos aumentando los tiempos de cotización hasta los 67 y 69 años respectivamente, me parto de risa.
Cuando me han estado cobrando un canon digital injusto para satisfacer a los multimillonarios voceros del socialismo, me parto de risa.
Cuando he vivido un estado de alarma por primera vez en la historia de la democracia, para resolver un conflicto laboral con los controladores aéreos, me parto de risa.
Cuando veo que el Presidente de España utiliza el avión presidencial, que pagamos todos, para acudir a mítines de su partido, me parto de risa.
Cuando existen fondos reptiles, con la existencia de jubilaciones de oro de destacados dirigentes socialistas, incluidos la del propio Consejero de Empleo que argumenta una vida laboral desde su fecha de nacimiento, y que para esclarecer el asunto la Junta de Andalucía destina solamente a un funcionario, es que me parto de risa.
Cuando salen los datos del paro, afiliaciones a seguridad social y empresas que presentan concursos de acreedores, es que me parto de risa.
Cuando leo que España se sitúa a la cola de la UE por el rotundo fracaso del sistema educativo, y lo único que se le ocurre al Gobierno socialista es imponer una asignatura con doctrina ideológica, me parto de risa.
Cuando los socialistas elaboran una legislación de barra libre para el asesinato, léase aborto, como respuesta a la nefasta educación sexual, me parto de risa.
Cuando más de 4500 profesores de enseñanza pública en Galicia, y otros tantos en Cataluña y País Vasco, se niegan a dar clases en español, me parto de risa.
Cuando la única fórmula que propone el ministerio de trabajo para perseguir a la economía sumergida es aumentar las cuantías de las multas, en lugar de facilitar que afloren a la legalidad esos empleos, me parto de risa.
Cuando gracias a la política descaradamente anticlerical que han marcado los socialistas, se persiguen a los católicos, demás cristianos y sus templos, me parto de risa.
Si a usted no le hace tanta gracia como a mí, es que sin lugar a duda es un “fascista reaccionario” que sólo se informa en “prensa y televisiones de extrema derecha” que no hacen más que ocultar los brotes verdes y floridos bosques por los que discurren sus días los avezados socialistas.