El diecisiete de febrero leía un artículo de Carmen Echarri:”Extorsiones y empresarios”, así que me dije que quizás era bueno recordar algo sobre el mismo tema, para que de alguna manera no quede establecido en la ciudad este mal, y no se extienda y sirva de norma habitual de comportamiento, ya que hace mucho daño al joven empresario, o al veterano, que quiera salir a flote en este difícil mundo de la empresa, más aún con la crisis que se vive en el sector. Una vez, un joven empresario ceutí tuvo que pasar una situación al límite de sus posibilidades, y, aunque pudo levantar cabeza, a veces resulta imposible sostener una prolongada situación de economía depresiva. Otra vez, oía en su sencillo discurso, el día que inauguraba su nuevo establecimiento comercial:”las ideas son difíciles de llevarlas a cabo, cuesta mucho todo…” Y comentaba que vivió en el subsuelo empresarial, en una etapa anterior a la actual. Por otra parte, yo había sabido hacía tiempo que este joven empresario se presentó a un concurso para amueblar el ICDE, y lo ganó. Por teléfono le comunicaron que podía ponerse manos a la obra. Y así lo hizo. Fue una inversión de unos diez millones de las antiguas pesetas, que esperaba recuperarlas cuando finalizase su trabajo. Conseguir un préstamo para financiar gastos no es tan fácil.
Pensaba que todo saldría bien, sin impedimento alguno. Pero, he aquí, que se debía consolidar la adjudicación de dicho concurso con la firma del Consejero al que menciono, y esta firma no se produjo nunca. Todo al contrario, observó con tristeza e impotencia que su proyecto se rechazó y le fue adjudicado a otro empresario.
Siempre según supuse, no le debió gustar a este señor que su madre expusiera libremente sus ideas en Prensa. Cuestión de gustos. Nadie es perfecto. No somos perfectos. El daño fue bastante grande, pues al parecer, iba seguido de un desafortunado comentario:”Ahora, si no está de acuerdo, que lo recurra su madre”.
La realidad, como digo, es que este joven empresario no obtuvo lo que había conseguido por medios justos, por el conducto reglamentario. Y aún fue peor, que su madre, ejerciendo un sentimiento de absoluta libertad de expresión, emitiese cualquier comentario desfavorable a su gestión diferente del caso que menciono, por aquel entonces. Y ahora se producía, según se desprende, el momento de la venganza, que ejercía en plenitud de poder. Arremetía contra un inocente no culpable de acciones no realizadas. Una destrucción solapada contra quien no tiene culpa alguna de hechos realizados por gente de su entorno.
Yo estoy segura de que alguien que tenga hijos, que tanto duelen, sobre todo cuando los ves luchar por un ideal artístico, creativo y empresarial, y piensas si merece la pena tantísimo esfuerzo, tanto sacrificio, con el desgaste que todo ello supone, no cometería un acto tan perjudicial a un inocente, porque los jóvenes pierden de este modo, la confianza en sus mayores cuando observan cómo se ceban en la venganza.
Tampoco me gusta a mí personalmente el estilo de practicar la política utilizando primero unas siglas, GIL, para después reconvertirse e introducirse en otro partido diferente. Desde mi punto de vista no es ético, puesto que los objetivos del primero se contraponen con los del segundo.
Cuando nos dejamos llevar por los instintos de venganza, acumulamos otro lastre que se nos adhiere como barro y nos volvemos rencorosos, fríos calculadores e injustos. Faltos de talante democrático.
Hoy en día, como tantas cosas que varían con el tiempo, el mercenariado se ha refundido sutilmente en otras conveniencias. Y se observa en política el maquiavelismo, “no importan los medios, con tal de conseguir los fines”.
En el artículo del viernes dieciocho, donde se refleja por parte de este consejero el desprecio hacia la señora Leire Pajín, su crítica directa a la coalición Caballas, y sus expresiones:”Pertenecía a un gobierno que siempre es elegante en las contestaciones”…”Continuaré impulsando todas las iniciativas que sean beneficiosas para Ceuta”, consideré que a veces uno no es acorde de lo que dice con lo que después hace. Debemos dejar a un lado la presunción y el egocentrismo, tratando de ser más sinceros y usando más de la franqueza.
Cuando visité, invitada, las instalaciones que inauguraba este joven empresario, vislumbraba el riesgo, la lucha por un ideal, la magnitud de su espíritu artístico, y no lo pude remediar, me llené de ternura, comprensión y compasión. Recordé la lectura reciente de unos legajos encontrados, escritos por Antoni Gaudí, donde él mismo confiesa que la creatividad de la Sagrada Familia, la recibía directamente del Cielo, aunque los que lo lean puedan tacharlo de loco. Tanto trabajo, tanto amor puesto en un ideal, tantas horas de estudio y perfeccionamiento…Pocas ciudades cuentan con una empresa tan bella. Y seguí en mis pensamientos, pues lo que el hombre nos quita, por eso de las envidias y las venganzas, desde Arriba se nos suple con creces, cuando sabemos esperar confiados. Siempre puede una decir que “alabaré a Dios por toda la eternidad”.
Y recordaba también cómo Quevedo, siglo diecisiete, sufrió las insidias de la política de su tiempo, encarcelado un largo período en las mazmorras de León. Por suerte, aquello es hoy historia.