Antonio Pacheco Santiago ha regresado a Ceuta, lo hace en forma de alma, alma viva que será esparcida allí donde se abrazan los dos mares, alma que será mecida y arrastrada por el viento, alma que se verá arropada por la inmensidad y luminosidad del plácido cielo azul Ceutí. Antonio nació el día 2 de julio de 1946, desde muy pequeñito se le notaba que era especial, especial en su carácter, ése que encandila a todas las personas de su alrededor, especial en su amistad, aquella que conseguía con extrema facilidad, y especial en su familiaridad, su familia era un todo para él, un conjunto indivisible, perpetuo, eterno.
Su juventud se ciñe a una gran habilidad para las artes, era y es un fanático de la copla española, Siempre , allí donde quiera que estaba nos contagiaba su alegría con sus cantes y sus bailes. Nosotros los hermanos, acompañantes de sus ganas de vivir, alumbramos el nacimiento de una lucha, que ocupó horas de pensamiento en su juventud, esa lucha era por el bienestar de su familia, sus amigos , y cualquier persona que le necesitara, en definitiva sueños de felicidad para todos los que le rodeábamos.
En la búsqueda de esos sueños con 17 años partió a Madrid, allí trabajó duramente de mayordomo, de camarero... pero tenía otra virtud era un gran emprendedor. Montó un local con decorado y fotografías con claras alusiones a la copla, su gran pasión. Y allí con una estabilidad económica asentada, logró los objetivos que perseguía en la vida: unir a su familia en torno a él (los hermanos y los padres nos fuimos a Madrid), seguir en su lucha por los sueños de felicidad y libertad en compañía de grandes amigos; y esperar y saber afrontar el amor con la persona más querida para él, compartiendo durante 33 años su cariño, estando enamorado hasta el último día.
El 26 de enero se le fue la vida, pero nos ha quedado su espíritu , y las cenizas que esparciremos entre los dos mares que les vieron crecer , recibirán todo nuestro amor y nuestra esperanza de haber cumplido tu deseo, y guardaremos tu corazón en nuestro interior, que nos proporcionara los grandes recuerdos tuyos. Tu sonrisa no la olvidaremos.
Ceuta nos vio nacer, Ceuta recoge el alma de Antonio, Ceuta arropara la sensibilidad, el arte, y el poderío artístico y personal de mi hermano, y nosotros familiares de él estaremos agradecidos a nuestra ciudad, que le acogerá como siempre, con la mayor de sus sonrisas. Ceuta, ciudad querida siempre noble, leal y eterna en ti encuentra cobijo tu hijo Antonio, que ha vuelto, y se quedará para siempre, cantando como solo él sabe, y bailando al son que marquen las olas del Estrecho.
Un beso Antonio, de tus hermanos siempre en nuestros corazones.