Despertar medio alarmado, las máquinas siguen fablando. El edificio que sube y me resta intimidad, un cuarto piso sin adivinar, me alcanza a la vista, igualado, marcial, casi acabado. El acceso a las noticias en prensa diaria y de buen grado, rutinaria es la costumbre, saludos y fiestas, nada amedrentado.
Cerrado está Don Emilio, campanas cerradas y al volver, los Pérez con Ahomar dispuesto, a satisfacer peticiones, peticiones con agrado, gesticulante y sembrado.
Subiendo el Playing me llama, a cumplir con cortesía, deseos de buen paisano, salud, descanso y encuentro, deseando que en el próximo, veamos el día a día, que nos llama a la sonrisa sin descafeinar, al abrazo fraternal.
Dubitativo me encuentro, si al ‘Argentino’ yo entro, y me decido sin dudas al deguste y elemento. Al elemento festivo, excitante y corrosivo, prohibitivo en el abuso, recomendado sin eso, de difícil control, por débil, cómodo y “mundano por vivido”.
Llego a casa encontrando, seres queridos, dormitando, que llega el temprano saliente, compungido y atrayente. Portando churros del barrio, casi fríos, redondones, elipsoides en la duda, dignos de engulle caliente.
Conectando con la red, repaso de envíos y sed, sed de nuevas por venir, compartir y digerir, la vida que sigue a veces, errante e infiel a las gentes.
Momento de sosiego, tierno de consejos, no te pases, mi amor, que es malo ponerse ciego, que la noche ha de llegar, si buena o mala depende, de guisos y olvidado, el matutino aguardiente, del Perelló inmanente ( kiosko al lado con frío acogedor).
Y algunos me dirán, ¿cómo te atreves Gallardo, a semejante osadía?, escribir en prosa ética, sin reglas ni malvasía, que olore tus ideas, sentimientos y deseos, de ser uno más...
Sí, uno más, en esta Melilla encontrada, en un proyecto inacabado, abierto, partícipe y sano.
Eso me dice mi mente, mis desvaríos, mi gente, que esta noche es Noche Buena, que coma el pueblo, que olviden tanto e injusto penitente de ocasión.
Pero el cuento sigue, y sigue, y se sigue enrollando más y más, esperando con corta espera, aterrice, la verdad que nos siga animando a decir y sentir, que... “ vale la pena, que quiero que me trates como un hermano”, dejando de ser bonitas y oportunas palabras, convenientes y para según quien, como y cuando..
Que al final es, no es, puede ser, parece, texto poético, ¿qué es la poesía, libertad reglada en asonancia o consonancia? Para mí, es también rebeldía y sobre todo, cuando se transmite o se intenta llegar a, quien abra sus corazones, a quien dimita por momentos de sus seguridades y deje “ser y aspirar a serlo”, siendo hoy, más navideño, popular y familiar, que nunca, fe incluida.
Recordar al niño austero, humilde, me llega, mezclando por un día y noche, mis rojos multicolores, en azul y esperanza, en humanidad, en VIDA. A seguir disfrutando...
Por cierto que me llama Arthur Máss, el nou president 129 de la de Catalu(doble ñ)a, para en consejo de ministros “ urgentísimo” proponerme en Melilla, como embajador adjunto a la parienta, de su feudo, a lo que contesto, nada irritado ¡inocentadas no, Arturito, pues soy ciudadano sin fronteras, que en mi tierra es la repera! Pero se lo agradezco por los treinta y un años “vividos” en tierra sin igual, y por tantas inocentadas argumentadas, en una España plural en la que cabemos todos. A pesar de todo, ¡felicitats!, i bons aliments.
¿Exegético o poético?, dual es la cuestión, que no me preocupa y dejo en indefinición.