Quieren militarizar la crisis, quienes no la conocen, pasándolas de puntillas, de soslayo. Quieren derrocar al SISTEMA, pero no pueden hacerlo, aceptando las migajas de los crápulas y la renuncia a ejercer de políticos, insistentemente demandado.
Nos llaman a consumir Navidad, durezas sin turrón, turrones amargados, seleccionados para VIPs, privilegios y cantamañanas, desmemoriados. Se hacen la foto de turno con ancianos y soldados, excurrantes desempleados, llamándoles a la esperanza, creídos, divinizados.
Y aparece la otra Navidad, la austeridad, el mazapán, de oferta y con suerte, en Noche por celebrar, en estrecheces padecidas por promesas y engaños, por darle la espalda al débil y alimentar la voracidad de acunados y selectos apellidos, que se pudren en miserias mentales y explotan el “Dorado”, a costa de los obligados seres, esos desheredados, estos maltrechos citados.
¡A galopar, a galopar hermanos, en ese corcel y navegante desbocado¡
A encontrar el camino, rompiendo cadenas
¡ A galopar, parias de la Tierra e inundar el mundo de unidad y justicia,
desheredando a los serviles, poderosos y cegados!
¡A galopar, a galopar hermanos esparciendo la semilla solidaria, en tierras de libertad!
Pequeño homenaje al “poeta del pueblo, al poeta marinero, a Alberti”, quien sigue viajando por los espacios acotados en mentes de recuerdo inmensurable, a tanto pensamiento irrenunciable.
Quieren militarizar la crisis, tapar bocas discrepantes, quieren que la Democracia ganada acepte con sumisión tanta injusticia y vilezas; quieren vender incertezas.
Cualquier noche y amanecer es bueno para seguir admirando, recitando, reclamando, en silencios sin monedas, con dignidad por bandera, en la otra Navidad.
Dedicado, sobre todo, a los más jodidos, a mis melillenses de pro, a los que claman en vano, acordándome de ellos en toma de “almax” saciado.
Y el cura se Singuerlín sigue pidiendo en el “Gallo” que pensemos en el otro, en el que predica el reparto, de tanto en pocos y mar de llantos. La otra Navidad está dispuesta a la sedición, impotente por “cuestiones de Estado”, mostrando la otra cara del alma, a la que, como Judas, le ha tocado ejercer, díscola, incómoda, ella, ennegrecida y fatua antiplebeya.
Que Dios, venerado por tantos, amaine tempestades y acoja a tanto siervo necesitado de amor y de necesidades en este mundo por el que él dio tanto para tanta falsedad presente, por mensaje y testimonio incómodo y olvidado. Y el Niño llegó para ser crucificado en redención de nuestros males, que persisten, acrecentados. Razón o fe, alíense las dos, para doblegar a tanta sed de justicia galopante que desate sonrisas e ilusión en lo superable, en lo infame del tiempo presente, deseosos de ignorar en futuro incierto a esperar. Que sea breve su llegada, dando descanso y buenas hierbas al correoso corcel en el camino encontrado, y que Alberti siga siendo recordado. Así lo pido y demando, hoy, mañana de Navidad oficial, sentires, puede que mal expresados. Uno es lo que es, dependiendo de las circunstancias, pero siendo TU y lo que, a veces, mal rodea.
Por eso, ¡ A galopar...!, por un mañana de igualdad, por Navidades diferentes.