Tenemos la sensación, desde el punto de vista del ecologismo, que todo está dicho por el momento sobre la cuestión del litoral de Ceuta y nos encontramos a la espera de una reacción por parte de los responsables políticos. Que no desean consensuar la cuestión litoral, es decir, definir un modelo de gestión litoral al que se llegue a través del diálogo y la discusión ordenada, es más que evidente. Esta postura nos relega a un papel de villanos de las playas, como si fuéramos unos malvados e intransigentes ecologistas, incapacitados para apreciar las beldades de los chiringuitos y de los coloridos cartelones que adornan las playas durante la temporada del verano. En fin, entrando de lleno en el motivo que ha suscitado este artículo de opinión, se trata del artículo publicado en el Faro de Ceuta, el día 2 de noviembre pasado. En dicho artículo se anunciaba que la ciudad logra el reconocimiento a su labor de mejora de las playas de nuestra ciudad.
Según se nos informa desde ATEGRUS (Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medioambiente, organización que acumula socios entre las administraciones públicas, las grandes empresas del sector de la limpieza y también algunos expertos independientes), que es la entidad que otorga los galardones anuales de las famosas escobas y ahora también los premios ecoplayas, los premios se conceden previa valoración de un informe que reciben, en nuestro caso, de la Ciudad Autónoma. La valoración de la playa de la Ribera como ecoplaya contrasta notablemente con nuestra apreciación de la misma a la que llevamos varios años galardonando con una bandera negra debido a varios factores que no conviene olvidar: haber sido regenerada con un sedimento extraído de fondos marinos altamente productivos, haber sepultado arrecifes costeros con especies protegidas entre ellas la especie en peligro de extinción Patella ferruginea, haber provocado la colmatación del foso navegable de la ciudad que une las dos bahías, haber dilapidado una gran suma de dinero cuando se podía haber realizado otras muchas intervenciones menos costosas económicamente y ecológicamente hablando. Además, el sedimento resulta molesto, vasto, mancha y es de un color poco agraciado para la vista. Todo esto del premio de ATEGRUS a la playa de la Ribera resulta algo paradógico y diríamos contradictorio en tanto en cuanto en la página del congreso organizado por ellos en 2010 se pregonaba la calidad de los arenales de las playas, veamos lo que reza en la página del congreso “la entrega de Banderas ECOPLAYAS que en esta su V edición premiará a aquellas playas que se distingan por la calidad de sus arenales desde un punto de vista ambiental, turístico y de sostenibilidad con el objeto de difundir sus esfuerzos, innovaciones y logros”. En 2010, el premio para la Ribera ha sido una mera renovación dentro del grupo 3 (Mediterráneo Sur-desde Tarifa hasta el Cabo de Gata, incluyendo Ceuta y Melilla) como firma el presidente y director ejecutivo de ATEGRUS señor Uriarte, la playa de la Ribera renueva el galardón por su compromiso continuo con la mejora de la calidad en todos los aspectos. En el periódico local se puede leer que “Las playas de Ceuta son un modelo de calidad, dentro de los valores medioambientales y de la sostenibilidad de los ecosistemas”. No sabemos si esta frase es atribuible a la propaganda electoral o bien a invenciones de genios muy malvados que desean confundir a la opinión pública. Después de lo expuesto nos parece que debemos hacer algunas reflexiones sobre este premio. Lo primero es que pensamos que debería ser un proceso más abierto de participación que permitiera al comité o jurado conocer otras visiones de la realidad ambiental más allá de los informes de las propias administraciones siempre contaminados por el interés electoral. Por este motivo deseamos hacer llegar a ATEGRUS nuestra inquietud con el fin de intentar influir legítimamente en su toma de decisiones. No vemos como con el pasado y el presente ambiental de esta playa con salidas de aguas fecales sin tratar (en una ciudad donde cuando llueve se abren todos los aliviaderos de la red de saneamiento) y con un sedimento inapropiado e incómodo puede ser merecedora de un galardón que la compara con playas con arenas de la calidad de las mallorquinas o del norte de la península.
No negamos las mejoras introducidas en el ámbito de mobiliario y servicios en la playa de la Ribera así como el esfuerzo por mantenerla más o menos limpia, sin residuos sólidos evidentes, durante una parte importante del año pero esto es un esfuerzo de cara al ciudadano y no atiende a la cuestión de especies, hábitats y ecosistemas ni soluciona los problemas del pasado. Creemos que estos premios como el de la famosa escoba deben entenderse dentro del ámbito de las mejoras de servicios públicos de cara al ciudadano-votante pero desde luego en Ceuta no deben entenderse en el ámbito de lo ambiental ni mucho menos de la sostenibilidad de la costa o del litoral.
El presidente Vivas está empeñado personalmente en ensalzar la playa de la Ribera y no cesa de influir en su equipo de gobierno para que aprovechen cualquier oportunidad para conseguir hacer brillar los premios institucionalizados que brinda el establishment. A su gran olfato electoral le llegan los efluvios de las papeletas afirmativas a su partido pero, además, hay algo de nostalgia y de apego a esta playa que tanto le gustó de joven. Sin embargo, esta actitud política algo obcecada en no desear ver los problemas o creerse complacientemente lo que le dicen (con los desengaños que se ha llevado ya en el pasado reciente) no nos hará avanzar en modelos más modernos y necesarios para esa deseada captación de turistas de gran calidad que es a lo que debe y puede aspirar nuestra ciudad en este amplio y difícil mundillo del turismo. Pero la verdad es que hasta la playa del Chorrillo tiene mucha más calidad de sedimentos y de ambiente marino que la playa de la Ribera que quedó muy destrozada con la salvaje regeneración perpetrada desde la institución estatal. Desde estas líneas le volvemos a proponer que se siente a dialogar sobre el modelo litoral que necesita nuestra ciudad de cara al futuro. No es una buena idea seguir haciendo una política turística y económica de espaldas al consenso con la ciudadanía más sensible a estos problemas y sobre todo se está perdiendo la posibilidad de disfrutar usted mismo de unas playas manifiestamente mejores en todos los aspectos y no solo en el del mobiliario urbano.