Cuando se mete uno en política, casi siempre entra con la intención de participar en el desarrollo de las actividades que mejoren el bienestar de sus convecinos, este es el principio de tu aventura, pero poco a poco, te vas dando cuenta de la cantidad de paniaguados que sin ejercer de políticos, son en verdad quienes manejan el cotarro, mostrando mayor habilidad para decidir los mayores proyectos detrás de una copa de vino, que en un pomposo despacho que solo sirve para la foto.
De ahí el enunciado de este articulo, pues es cierto que no todo lo que se hace siempre tiene que ser criticado, aunque muchas veces es tanta la diferencia de lo que se hace mal a lo que se hace bien, que no le queda a uno mas remedio que salir al paso y exponerlo, pues de lo contrario seria participar en un juego, donde el volumen de desaprensivos es tan alto dentro de la maraña política, que muchas ya no sabes distinguir entre quien es el que trabaja realmente por el bien del ciudadano, que los hay, y quien no, porque desde luego algunos son verdaderos depredadores a los que habría que descubrir públicamente y apartarlos del juego democrático.
Y eso tiene que partir de los que trabajan por el bien del ciudadano, porque en estos arribistas hay algo curioso, cuando encuentran un hueco, ya se creen de otra casta, vamos puro esperpento.
Estos días ha salido una noticia, en la prensa haciendo referencia que en los últimos diez años se han invertido 18 millones de euros en la barriada Juan Carlos I ¿se imaginan la cantidad de cosas que se podría hacer con ese dinero en una barriada?, bueno pues yo que soy un asiduo visitador de estas ultimas, no veo la inversión por ninguna parte, pues como no sea como en la feria, que la traca final sea apoteósica y nos dejen deslumbrados, la verdad es que no me cuadra.
Y lo de Valiño, lo dejaremos para otra ocasión, porque es de pena. En fin como que ven no quería criticar pero al final no me dejan mas remedio.