Apenas con un suspiro tuyo vuelvo a la senda de tu cariño, con sentir tus perfiles en el viento me haces olvidar nuestros desencuentros… me sienta bien la distancia entre nosotros aunque nunca estemos lejos. Volverte a ver me hace rejuvenecer y acercarme a mis sentimientos, a aquello que un día fue nuestro y compartimos en secreto… Sigue sorprendiéndome ese aroma salado de poniente que supera mi olor a barro de albariza de la campiña, cambiarte no pudiera, ni embriagándome con la fragancia de las bodegas.
Me quedé mirándote desde la otra orilla, observándote en la distancia sin más pensamiento que abrazarte de nuevo, sabiendo que sabes perdonarme y que vuelvo a ser tuyo con la luz de cada verano.
No descansas nunca, intentando cautivarme de nuevo, intentando seducirme con tus encantos únicos, manejando la belleza de tus siglos de una forma jovial que pocos pueden permitirse el lujo de rechazar e insinuándote en cada trazo de tu gastada piel.
Trato de compararte pero nunca hallo nadie a la altura de tus encantos, nadie que amanezca con la calidez sonrojada de tus mejillas, ni que sepa alargar la despedida de las noches con tu brisa tenue llena de misterios.
Nadie podrá desafiarte, sólo podrán sentir la atracción de ser parte de ti, de ocupar un lugar en tu corazón donde intentar alcanzarte un día.
Terminar contigo es imposible, porque sabes multiplicar las virtudes que te colman de hermosura y nunca dejas de pasear la gracia infinita que te hace eterna, distinta y que sabes lucir como pocas.
La espera de nuestro amor adornan nuestro romance, nuestra historia que nos une sólo sabe crecer y nunca se consume por insignificancias, persistiendo pese a aquellos que hacen por destruir con torpeza un idilio sin par, haciendo caso omiso a las lenguas de doble filo que intentan poner en nuestras bocas palabras de la distancia y nada saben de nuestro sueño.
Atronadora sinceridad adorna y da aliento a nuestra necesidad de sentirnos uno para el otro, no es fácil aceptar ese amor hecho de un desván de pasado pero actualizado con sólo vernos y hablar de cualquier esquina de nuestra memoria.
Trato de buscarte, aprovechando cada momento sin importarme la intermitencia, la premura, sinsabores y decepciones, siempre acudiendo a nuestra cita llena de juegos y de un elegante cortejo colmado de interminables coqueteos
Algo pasa cuando nos cruzamos, nos necesitamos amor, recorrer el camino de tu ausencia me llenará de felicidad para ser uno más, un prodigo hijo como muchos que velan por ese instante donde poder volver a estrechar tu talle y susurrarte al oído tanta cosas encerradas en el tintero del alma.
Amarte es un dulce tormento al que no pienso renunciar ni cerrar la puerta, pues eres una parte de mí y siempre, cuando lo necesites, estaré aquí de vuelta…