Las decisiones políticas llevan parejas conclusiones que resultan difícil de entender para el común de los mortales. Más aún en una ciudad como Ceuta que sigue mostrando una diferencia clara entre grupos. Y así lo reflejan las encuestas. Fíjense la que publicábamos el pasado miércoles en estas páginas sobre el parecer de los ciudadanos a la resolución del delegado del Gobierno sobre la manifestación de parados. Es una encuesta digna de enmarque. Según quien responde al entrevistador le parece la medida positiva o negativa. El resultado tiene su miga pues refleja que en Ceuta sigue habiendo la misma disparidad de pensamientos y las mismas diferencias arrastradas durante años, si no, díganme ustedes cual es la razón de que los musulmanes contesten que la medida es negativa y los cristianos -salvo una- que la medida ha sido positiva.
Encuestas de este tipo son las que deberían ser analizadas por los mandamases pues esconden muchos de los quistes que no se han podido erradicar y que terminarán generando cuantiosos problemas sociales. Si no, al tiempo.
El CIS, con los resultados publicados de su barómetro, completa una radiografía social que debería, también, ser tenida en cuenta por quienes tienen poder en plaza.
Me quedo con algunos datos como el escaso tanto por ciento de la población que considera la droga como un problema (ya hablamos de Ceuta), el reducido 5% que considera que los musulmanes son un problema (reflejo de que la extrema y radical derechona clásica sigue asentada en algunos reductos sociales) o el orden dado a la lista de problemas claves para los ceutíes.
Estos resultados son dignos de ser tenidos en cuenta porque dibujan una radiografía social clave para el devenir de este pueblo en el que se pierde demasiado el tiempo en debatir asuntos de niño de guardería en vez de afrontar con sensatez los grandes retos que se nos vienen encima.
Conseguir avances sociales es tarea de todos. Principalmente de quienes mandan, porque son administradores de nuestros recursos, pero también de cada uno de nosotros porque manejamos parcelas con importante influencia social. Ahí no nos podemos escapar.