Con inevitable emoción y nostalgia, ha llegado a mis manos el último número de la revista ‘HACER’, de la que, si se me permite la vanidad, me considero uno de sus fundadores, si como tales se nos puede señalar a quienes, hace ahora medio siglo, comenzamos a dar vida de forma regular con nuestros artículos a la publicación del único Instituto de Enseñanza de la época, el del Llano las Damas, hoy el I.E.S. ‘Siete Colinas’.
Que en esta Ceuta en la que tantas cosas estamos perdiendo se recupere cualquiera de ellas, en este caso cultural, es toda una alegría. Porque ‘HACER’ no fue una de tantas revistas escolares al uso, sino un escaparate de la brillante actividad cultural y educativa que irradiaba aquel liceo, impulsada por un destacado grupo de extraordinarios docentes que supieron llevar su magisterio más allá del cerrado marco de las aulas.
La publicación, que nació en el viejo ‘Instituto Hispano – Marroquí’, fue recuperada en 1960, tras su desaparición, en una segunda época, por iniciativa del profesor de Filosofía y jefe del servicio de publicaciones del centro, el recientemente fallecido Antonio Aróstegui, motivado en gran parte por las vocaciones periodísticas y literarias que se daban no sólo entre el alumnado, sino también en la inquieta Asociación de Antiguos Alumnos de la que podríamos hablar otro día.
La revista ‘HACER’ se convirtió, de tal suerte, en una atractiva publicación que supervivió hasta mediados de los años 70, década en la que amplió a 32 páginas las 28 anteriores.
La revista llegó a contar en su segunda y quizá más brillante época, hasta con su consejo de redacción, algunos de cuyos miembros como Manuel Martín Ferrol, José Luís Muñoz, Moisés Coriat o el que suscribe, saltaríamos después a este diario, como reflejo en otra sección de estas páginas..
Muchos fueron también los colaboradores. Ojeando algunos números, me encuentro, por ejemplo, con nombres tan conocidos como Francisco Díaz Rosas, el presidente del Foro de la Educación, el inolvidable Pepe Abad, el director general de Política Interior, Adolfo Hernández Lafuente o el diputado José Carracao.
En mi caso doy con un reportaje que publiqué en el número del 14 de febrero de 1962, con ocasión de la visita al Instituto del Director General de Enseñanza Media, Lorenzo Vilas, en el que en sus páginas centrales, el director del centro, además de confirmar de que, por fin, el centro vería culminada en breve su anhelada construcción definitiva, y respondiendo a mi pregunta de cómo sería el salón de actos, curiosamente me decía: “Tendrá la distribución clásica de un teatro de dos pisos: patio de butacas y anfiteatro, con capacidad para un millar de personas. Estará perfectamente acondicionado para teatro, conciertos, cine, etc. (…) En su construcción quiere también el Ministerio dotar a Ceuta de un magnífico teatro oficial que reúna a lo más selecto de la sociedad ceutí en su aspecto cultural.”
Vaya si acertó de lleno Juan Reyes en su vaticinio. Quien iba a imaginar por entonces que tras perder la ciudad todos sus coliseos, el instituto ‘Siete Colinas’ habría de convertirse, por muchos años, en el teatro único y oficial de la ciudad, gracias a la cesión permanente al Ayuntamiento por parte del ministerio de Educación, desde hace casi un cuarto de siglo.
Nada parecida aquella ‘Hacer’ a la actual, cuya periodicidad ya es sólo anual. Su calidad de impresión, papel y extraordinario colorido se meten materialmente por los ojos. Igualmente sus contenidos son más desenfadados. Firmas de docentes refuerzan los mismos y no falta el relato corto, la información sobre la vida del centro durante el curso ni tampoco el interesante trabajo de un grupo de alumnos y sus profesores. Pero noto la falta de esa cantera de posibles e inquietos futuros periodistas o escritores, como antaño, que, entre otras connotaciones, posibilitaban la aparición de diversos números a lo largo del curso.
Tras la última y breve recuperación de la publicación por María Jesús Fuentes y su no aparición el curso pasado, vuelve ahora por iniciativa de Silvia Noguera, jefa de actividades extraescolares. No es tarea fácil la que nos ocupa, pero si hermosa. El que la revista ‘Hacer’ haya reaparecido es una buena noticia.