A las mentes privilegiadas, sí... porque no podemos calificar de otra manera a aquellos/as con responsabilidades urbanísticas, poseedores de cerebros capaces de hacerlo siempre peor de lo que los demás nos podríamos imaginar. Eso es un arte, hay que reconocerlo, no todo el mundo es capaz de sobrepasar los límites de lo malo una y otra vez sin que nadie le pida responsabilidades.
En esta ocasión, no podemos hablar sólo de una actitud negligente, tenemos que añadir el calificativo de “estúpida”, con todo el significado de la palabra. “Asfaltar” una calle con un material cementoso que aparece tan pulido que hasta refleja las ventanas de los edificios colindantes, es para decirle al que lo ha hecho que cambie de trabajo, que no vale para lo hace y que sus mal llevadas responsabilidades en urbanismo, son peligrosas para el resto de los ciudadanos. “No sé quién eres, pero vete ya o recíclate...haz algo por tus paisanos.”
Como puede verse en la foto, el supuesto asfalto de la calle General Aranda brilla como si lo hubieran encerado. Sólo mirarlo, ya provoca accidentes, como el que ha sufrido el vicepresidente de esta Plataforma Motera, al patinar con su moto y caer al suelo. Y ahora... ¿qué hacemos?, ¿le pedimos al susodicho o susodicha “lumbreras” que se haga responsable de los desperfectos de la moto y de las heridas en el cuerpo del motero?, ¿le recordamos cuáles son las normativas y le restregamos por la cara los años que llevamos denunciando negligencias en seguridad vial?. Lamentable.
Aunque más lamentable aún es que “adornen” los laterales de esa carretera con unas barandillas finas como cuchillas, ideales para que algún motero se deje una pierna en el camino. ¿En qué ciudad vivimos? es inaudito que después de tanto luchar por concienciar sobre el peligro que suponen estos elementos para los moteros, que después del gasto que hizo el Ayuntamiento en homologar los guardarraíles del Hacho, nos coloquen por todas partes, pequeñas cuchillas brillantes y pulidas, esperando una mala caída que Dios no quiera que ocurra nunca.
A este despropósito, tenemos que añadir el de ese “Comité de Tráfico” ideado por nosotros y mal llevado por no sé quién, que se encarga de no sabemos qué, ni cómo. Nos preguntamos si fue creado sólo para desviar coches de la peor manera posible por la Plaza de África y aparecer en la fotito del periódico y nos lo preguntamos, porque no se ha hecho nada más.
¿Para qué sirve ese comité en el que no están representadas todas las partes implicadas? Pues sirve para que sigamos teniendo badenes ilegales, pintura deslizante, mala señalización y, además, para que un o una “lumbreras” asfalte la calle que le de la gana con el primer material que le venga a la cabeza.
Por cierto, que en Sevilla ya se están rascando los bolsillos para poder tener antes de octubre los badenes homologados y cumpliendo la normativa. Al final, tendremos que ir a los juzgados a denunciar esta negligencia y obligar al Ayuntamiento a que se gaste más dinero en pagar la multa que en arreglar lo que han hecho mal. Tiempo han tenido y tienen todavía.
Y ahora, que digan que no lo sabían, después de tantas denuncias públicas y de haber comunicado personalmente estas negligencias incluso antes de que se produjeran, como ocurrió en la Avenida de África durante la obra de construcción de los descomunales badenes que la invaden.
Dicen las encuestas que el partido que gobierna en la ciudad, volverá a obtener mayoría absoluta. Nos parece muy bien, pero nuestro humilde consejo es que, cuando renueven el poder, se quiten de enmedio a algún Consejero y/o Viceconsejero que no hace bien su trabajo y en estos momentos merma en demasía la buena imagen que, como reflejan las encuestas, tienen los ciudadanos de sus actuales gobernantes. Que ya estamos hartos de palmaditas en la espalda con falsos: “no te preocupes, que yo me encargo”.
Lo peor es que la palmadita en la espalda te la de un tío con menos estudios que Tarzán, que cree que los demás somos los tontos y encima cobra tres veces más que tú. Eso duele tela.