Los alumnos de sexto curso del centro han puesto el broche a su paso por la Educación Primaria a través de una gran fiesta de graduación, donde no faltaron las sorpresas y emociones.
Cuando llegaron apenas levantaban ‘dos palmos del suelo’, ahora después de ocho años, se marchan curtidos, casi metidos en la adolescencia y con una mochila cargada de recuerdos que quedarán para siempre.
Los alumnos de sexto curso del CEIP Lope de Vega comenzarán en septiembre una de sus últimas etapas educativas, la Educación Secundaria. Será un gran cambio, pero lo afrontan con gran ilusión y ganas y por ello ayer quisieron despedir su gran paso por el centro que ha sido casi como una casa.
En presencia de sus familiares y profesores, los alumnos organizaron una fiesta de graduación por todo lo alto, donde no dejaron de sorprender a los allí presentes.
La celebración, que tuvo lugar en el salón de actos del centro, estuvo cargada de vibrantes y emotivas situaciones que hacían poner los nervios a flor de piel y donde las lágrimas no estaban prohibidas. Pues más allá del típico protocolo que puede seguir este tipo de actos, bandas, birretes, orlas y muchas fotos todos muy formales, los niños quisieron poner una dulce guinda sobre el pastel y deleitaron a su público con elaborados bailes de rap, canciones y poemas.
Pero no fueron los únicos que llegaron cargados de sorpresas, también fueron impresionados y embaucados, ya que las docentes quisieron mostrar a sus alumnos todo el cariño que se habían ganado a lo largo de todos estos años. Y a través de un vídeo que proyectaron para asombro del público y los escolares, recorrieron toda la etapa de estos niños desde el primer día en que pusieron un pie en el centro hasta el momento de la despedida.
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