La economía es un argumento “superficial y simplista” para explicar muchos conflictos actuales.
La conferencia del profesor Carlos Echeverría Jesús abrió ayer las XIV Jornadas sobre Geopolítica y Geoestrategia. Con el título ‘Reconfiguración de equilibrios en el Islam’, abordó el juego fluido y complejo de actores y factores que se mueven en el mundo islámico, “en realidad, en algunas latitudes del mundo árabe-musulmán”, matizó.
Echeverría, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNED, explicó que los actores son muchos, tanto políticos como estatales y no estatales. “Y los factores son todos”, señaló, “no sólo el económico, como de forma superficial y simplista algunos lo consideran como la razón de todo”. En su opinión, ni siquiera es posible aplicar este papel al facto político-diplomático, “que podría parecer la razón última de los problemas por aquello de las fronteras establecidas o de los conflictos”. Considera que en la explicación de los conflictos también tienen peso otros factores, como el psicológico, el religioso, el sociológico, el militar... Y por ello, todos deben ser analizados como causas.
Echeverría indicó que todos ellos “son factores que se vieron liberados, como los actores, en buena medida a raíz de las revueltas árabes, agudizando las tensiones que ya existían”. Además, señala, crearon escenarios que no existían hasta ese momento, como la situación que actualmente se vive en Siria, Líbia o Yemen, explica. En su opinión, estos países son hoy auténticos “campos de batalla” ya que no sólo atraviesan por dificultades de tipo políticos. Además, en estos conflictos internacionales no sólo combaten Estados, sino que hay actores no estatales, como el autodenominado Estado Islámico.
Así, nos encontramos en un escenario como Siria, señala, “en el que de unas revueltas, unas más en el contexto de las que tuvieron lugar en 2011, que algunos auguraban que iban a llevar a un proceso de apertura y democratización, nos encontramos con una guerra civil. Y acto seguido, con una guerra regional que enfrenta no sólo a los de toda la vida (Estado Unidos y Rusia) sino que también hay tensiones, por ejemplo, entre Arabia Saudí e Irán, que se manifiestan en ese escenario creando aún más dificultades”. Echeverría también puso como ejemplo a Turquía, “que juega su papel en su dimensión generando aún más contradicciones”, al tratarse al mismo tiempo de un país que es miembro de la OTAN, que aspira a entrar en la Unión Europea, “pero que a su vez tiene esa dimensión musulmana de la mano de su presidente actual que le ha llevado a actuar en el escenario sirio”.
A todo ello, hay que sumar la intervención de actores no estatales, como los kurdos, el autodenominado Estado Islámico, las milicias chiies... Todo ello, señala Echeverría, ofrece un escenario que además de sorprendernos, no sabemos muy bien cómo gestionar. Hay que hacerlo en marcos multilaterales, pero hay muchos de estos marcos que a su vez son contradictorios, señala Echeverría. “Y en ésas estamos. De ahí que la necesidad de que sea un tema que haya que tratar, porque ha alterado el mundo”.
Y advierte que la ciudadanía debe saber que aunque el conflicto en Siria no ocupe actualmente protagonismo en los medios de comunicación, “ello quiere decir que haya un proceso de arreglo”.
Similitudes con el escenario de la I Guerra Mundial
El escenario que analiza Echeverría recuerda a la situación previa a la I Guerra Mundial, donde era imposible tocar algo sin que todo se viniera abajo. “Se han establecido paralelismos, es verdad: aquella época de la gran ilusión, que luego fue el desastre bélico de carácter global”, explica. No obstante, advierte las similitudes no significan que el final en ambos casos vaya a ser el mismo. “Académicamente se puede atacar esto, pero no hay que generar en la opinión pública un terror, en el sentido de que estemos en los prolegómenos de una guerra, pero en un marco como éste es una tarea de responsabilidad que lo tratemos”.
Primaveras Árabes, Sahel y Oriente Medio, en la segunda jornada
Las XIV Jornadas de Geopolítica y Geoestrategia continúan esta tarde con el Sahel, Oriente Medio y las Primaveras Árabes como protagonistas de cada una de las conferencias. La primera será a las 17:00 horas y correrá a cargo de Alfonso García-Vaquero Pradal, general de brigada y comandante de misión de la Unión Europea en Mali en 2014-2015. Su conferencia lleva por título de ‘El Sahel frontera avanzada’.
A continuación, una hora más tarde, será el turno de Eugenio Vera Bolaños, coronel y que estuvo destinado en Túnez y Libia durante las Primaveras Árabes. Precisamente, ése es el tema de su conferencia, ‘Las Primaveras Árabes, 5 años de perspectiva’.
En último lugar, a las 19:30 horas, intervendrá Alberto Pérez Moreno, coronel y corresponsable del observatorio internacional de conflictos de la Revista del Ejército. Su conferencia lleva el título de ‘Crisis en Oriente Medio ¿reconfiguración de alianzas?’.
El programa del jueves de las Jornadas finalizará con una mesa redonda en la que se debatirá sobre qué es la geopolítica y su importancia en un mundo globalizado. Antes, a las 17:00 horas, Gonzalo Escribano Francés, profesor de la Facultad de Economía de la UNED e investigador principal de Real Instituto El Cano, hablará de ‘Geo-economía y geopolítica en el Norte de África’.
Una horas después y antes de que dé comienzo la mesa redonda, intervendrá Rubén García Servert, que es general de división y comandante del Centro de Operaciones Aéreas Sur (COAC) de la OTAN. En su conferencia hablará sobre los nuevos desafíos de los países de la Alianza en África.
Habrá países “ganadores y perdedores” con el cambio climático, prevé Marquina
Antonio Marquina Barrio, catedrático de Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad Complutense, ofreció la última conferencia de ayer. Bajo el título de ‘Agua y alimentación: situación en el Magreb en el Sahel’, defendió que ambos elementos vienen teniendo un valor estratégico en la política internacional desde hace años, aunque no siempre se les ha dado esa dimensión. “Algunos fuimos pioneros”, afirma. Y reconoce que todavía en el año 2002 el consenso sobre su importancia “estaba bajo”.
En opinión de Marquina, se trataba de un asunto que entonces no era de general preocupación y tampoco interesaba a determinados grupo de poder que lo fuera. “A las petroleras, el tema del cambio climático y los gases de efecto invernadero... Algunas empresas gastaban hasta 400 millones de dólares al año para denigrar a los que se denominaba ‘calentólogos’”, recuerda.
Marquina augura que en el problema del agua y de la alimentación “va a haber ganadores y perdedores. Va a haber estados que van a tener más precipitaciones, más posibilidades. Y hay otros, sobre todo los países del Mediterráneo, que van a ser perdedores netos”. Y este problema, asegura, va a incidir de manera especial en el Magreb y en el Sahel. “La capacidad de adaptación va a jugar un gran papel y en los países del Sahel, esta capacidad no es muy grande. Otros países podrán afrontar mejor la situación en función de su renta petrolífera, caso de Argelia, pero ya veremos”. No obstante, la tecnología, en el medio plazo, podría aportar soluciones.