Los campos de trabajo ayudan a la futura inserción de los inmigrantes.
Los inmigrantes del centro San Antonio volverán a disfrutar este verano en los campos de trabajo organizados por los Hermanos Javerianos. Es el quinto año consecutivo que se llevan a cabo, bajo el hastag #veranomisionerojaverianos animan a todos los españoles sensibilizados con la causa a vivir una experiencia con inmigrantes durante dos semanas en Ceuta.
Hace cinco años los hermanos javerianos se plantearon la creación de un campo de trabajo con inmigrantes, por lo que vieron a Ceuta como un gran lugar para llevar a cabo esta misión. A través de ellos quieren sensibilizar y acercar al inmigrante al resto de la sociedad, pero no sólo eso, se trata de una experiencia de intercambio donde todos aprenden de todos, un encuentro con otras realidades religiosas y culturales de la ciudad, y donde se pretende fomentar la acogida en la comunidad cristiana, porque “no es ningún secreto que hay miedos y rechazos”, comenta Maite Pérez, coordinadora del centro de inmigrantes San Antonio. “Es importante tener en cuenta, agrega la coordinadora, que no es un simple voluntariado, queremos que las personas que vienen tengan un compromiso y sepan que no vienen a probar si les gusta, ya que todos deben costearse su viaje y estancia, motivo por el cual deben ser personas comprometidas, no es una experiencia de verano en una ONG, las personas que se animen deben tener una base, es una experiencia de fe”.
Las actividades se organizan en el centro San Antonio (Centro para inmigrantes de la Iglesia en Ceuta) y el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes).Estas constan de dos campos de trabajo cada uno de dos semanas de duración. Los voluntarios se dividen por categorías de edad, así el primer grupo está integrado por jóvenes voluntarios de edades comprendidas entre 18 y 26 años, y la segunda quincena participan grupos de adultos. “La mayoría queda impactado por la labor que aquí hacemos, pues sorprende que desde la comunidad cristiana se trabaje con musulmanes. Nuestro principal cometido durante esas semanas es hacer ver que todos somos iguales, pues nadie se considera racista, pero no es lo mismo decirlo que vivirlo”, cuenta Maite Pérez
El contacto humano tiñe a estas jornadas de su grado más relevante, ya que la marginación y el rechazo son sentimientos generales entre los inmigrantes y el ver que personas de todo el país vienen a estar con ellos es un factor decisivo en su futura inserción, explica la coordinadora.