Los votos del PP fueron los únicos que sirvieron para tumbar la propuesta llevada a pleno por Caballas, con la que pedía que se cesaran en las prácticas de contratación de empresas privadas para aportar mano de obra exclusiva a los servicios públicos de la Ciudad.
Caballas puso el acento en una “práctica ilegal” que se está usando ya a modo de costumbre y de “forma abusiva”. Su concejal, Juan Luis Aróstegui, se encargó de poner ejemplos como la contratación de un taquillero a una empresa privada para el Teatro del Revellín o las contrataciones extendidas en la Residencia de Mayores o el ICD. “Esto nos lleva a la impunidad, porque ya todo vale”, denunció.
Caballas criticó que ya se está sacando a concurso los servicios de Biblioteca o Punta Blanca, por poner ejemplos, para hacer contrataciones privadas que van a tener como misión una función pública, por lo que se evita el incremento de funcionarios. “Esto es cometer una ilegalidad, es como si se anuncian en el BOCCE para atracar el Banco de España”, espetó.
Los localistas denunciaron la ausencia de una “política de personal” así como de “criterio para ordenar los recursos” lamentando que la forma de gestión que lleva a cabo la Ciudad es una “improvisación permanente” en una clara y continuada “cesión ilegal de trabajadores”.
Plantillas bien dotadas y que solo decisiones puntuales antes pasadas por pleno lleven a una contratación privada eran los puntos clave de una propuesta que contó con el apoyo de las demás formaciones pero el rechazo de los diputados del PP. “Hemos llegado a una situación en que contratan a este personal para hacer la misma función que un empleado público pero cobrando menos y a personas para cubrir bajas”.
El PSOE cifró en 200 la pérdida de empleados públicos fruto de esa colaboración social y lamentó el trabajo en precario bajo designación a dedo en el que se incurre.
Por su parte el PP, por boca de Susana Román, replicó al PSOE haciendo memoria histórica sobre la gestión del partido en la Junta de Andalucía, “la campeona de las privatizaciones”, apuntilló. “Tenemos bien organizada la política de personal, pero hemos pasado por la mayor de las crisis y esto provocó la racionalización del tema de personal”, justificó.