La limpieza en Ceuta y todo lo que tiene que ver con la prestación que está dando la empresa adjudicataria, Trace, constituyeron ayer uno de los asuntos de debate plenario, siendo un fiel reflejo del interés que despierta en la ciudadanía el modo en que se presta un servicio de este calado.
La propia Ciudad reconoció en un foro como el pleno que los niveles de limpieza que se están alcanzando no son los deseables, una aseveración repetida por activa y por pasiva por otros grupos, por entidades y por medios de comunicación pero que ahora cobra mucho más peso pues viene a significar que todo lo denunciado tiene un ajuste claro con la realidad. Tras debates e intervenciones desde todos los frentes políticos, se llegó a la conclusión de citar a todos a una comisión para que, en este seno, se determinen las propuestas necesarias para buscar una solución al problema. Un problema que nos afecta a todos, porque que Ceuta esté sucia termina salpicando al ciudadano de a pie, al empresario pero también al turismo. Todos se convierten en víctimas de un trabajo que no se está haciendo bien, aunque también tiene otros condicionantes como el elevado número de población flotante sin conciencia medioambiental o el hecho de que el contrato de limpieza está ligado al convenio de los trabajadores, altamente exigente. Pero también hay otro factor apuntado ayer por el propio Gobierno que afecta directamente a Trace y que radica en el tipo de especialización que, en materia de limpieza, tiene la UTE para satisfacer con nota el servicio.